—En concreto, ¿qué fue lo que pasó durante la jornada de “la 125” en el Senado?
—En general, se recibieron llamadas, mensajes y correos electrónicos desde cualquiera de las dos posturas. Recuerdo algún mensaje de texto, que provenía de un número que no tenía identificado y que no lo recuerdo, que decía: “Pedí lo que quieras”. También me llegaron por medio de mis secretarios los comentarios habituales: “El gobernador quiere hablar con vos”, “la vicegobernadora quiere hablar con vos”, etcétera. Y uno de los llamados recibidos en la oficina supuestamente era del Ministerio del Interior, o por lo menos así se presentaron.
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