El último presidente de facto, Reynaldo Bignone, ofreció ayer una declaración testimonial en la causa en la que se investiga si Clarín, La Nación y La Razón se apropiaron indebidamente de Papel Prensa.
La Unidad Fiscal de Delitos de Lesa Humanidad, a cargo de Marcelo Molina, lo citó por una carta documento que le envió a Ernestina Herrera de Noble a principios de 2002. En ese texto, el dictador, dolido por unos errores en una enciclopedia que publicó Clarín, le refrescó a Noble la buena relación que habían tenido durante su presidencia y mencionó dos reuniones, una de ellas para tratar temas relacionados con Papel Prensa.
“Ahora soy mala palabra”, le escribió hace nueve años Bignone a Noble. En la enciclopedia había imprecisiones sobre su biografía y otros datos erróneos. Frente al fiscal, el ex presidente de facto admitió que la carta había sido escrita por él, reconoció que se reunió con Herrera de Noble una vez por Papel Prensa mientras era presidente y también admitió que antes, cuando era secretario del Ejército, mantuvo un encuentro con el CEO de Clarín, Héctor Magnetto, en la redacción.
Sin embargo, aclaró no recordar el contenido de los dos cónclaves. “¿Es cierto que usted se reunió con Ernestina Herrera de Noble?”, preguntó la fiscalía. “Sí, es cierto. Recuerdo que la recibí en la residencia de Olivos (Bignone fue presidente desde julio de 1982 hasta el 10 de diciembre de 1983), pero no me acuerdo el contenido de la reunión porque solía derivar esos temas a mis colaboradores”, especificó.
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