Mientras un escenario de 12 metros, con dos plateas a sus costados, ya descansa de frente al Monumento Nacional a la Bandera y de espalda al río Paraná, Rosario empieza a prepararse para la multitud de gente que se espera que llegue a la ciudad entre hoy y mañana para el acto del 25 de mayo organizado por las cuatro entidades del campo.
Sin embargo, el clima que se vive en las calles rosarinas es muy dispar, y oscila entre el entusiasmo y la indiferencia. “Yo voy a estar en el acto y eso que no tengo nada que ver con el campo”, confirmó exultante una escribana.
Es una de las tantas personas que aseguran que el domingo estarán en el Parque de la Bandera, algunos porque se sienten parte de la protesta y otros, simplemente, para apoyar el reclamo. Pero otra gran parte de los rosarinos no siente como propia la manifestación y ni siquiera muestra interés por ella.
Sobre un escenario móvil hidráulico, de 12 por seis metros, el domingo estarán solamente los presidentes y vices de las cuatro entidades, y Alfredo De Angeli. El mediático dirigente entrerriano será el primer orador, y lo hará en representación de todos los productores que no están alineados con ninguna entidad.
El intendente de Rosario, el socialista Miguel Lifschitz, fue invitado para darle la bienvenida a la multitud. La confirmación la daría recién hoy, después de reunirse con el gobernador santafesino, el también socialista Hermes Binner.
En los campos de las afueras ya piensan en volver a las rutas. En la zona periférica a la ciudad santafesina de Rosario –pueblos que en su mayoría viven por y para el campo–, las sensaciones que se vivían hasta el jueves eran de “bronca y resignación” ya que sentían que se podían quedar con las manos vacías. La situación cambió con el fracaso de las nuevas negociaciones y derivó en que la idea preponderante sea la de volver al paro, con corte total de rutas. Algunos productores no descartan tomar esa determinación inmediatamente después de terminado el acto del domingo en el Monumento Nacional a la Bandera.
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