El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata aseguró hoy que Christian Von Wernich "es un torturador y asesino" que formó parte de un plan criminal durante la última dictadura militar y que para cometer esos actos "utilizó sus hábitos sacerdotales".
Esa calificación la dio a conocer el juez Carlos Rozanski, durante la lectura de los fundamentos por los que se condenó al ex capellán de la policía bonarense a reclusión perpetua por su actuación en la dictadura militar.
Para dar una noción de los padecimientos ocasionados por el cura a las personas secuestradas, el Tribunal sostuvo que con su accionar "privó a las víctimas incluso del infierno que, cuanto menos, da alguna clase de esperanza".
Von Wernich es el primer sacerdote de la Iglesia Católica argentina en ser condenado por delitos de lesa humanidad en el marco de un genocidio.
"Christian Federico Von Wernich es un torturador y asesino que formó parte de un comprobado plan criminal, y para llevar adelante su tarea utilizó los hábitos sacerdotales de la Iglesia Católica Apostólica Romana atribuyéndose una misión pastoral", sostuvo Rozanski.
El Tribunal que integran Rozanski, Horacio Isaurralde y Norberto Lorenzo condenó el pasado 9 de octubre a Von Wernich a reclusión perpetua por delitos de lesa humanidad que se dieron en el marco del genocidio ocurrido en el país entre 1976 y 1983.
Durante la audiencia de hoy, el titular del Tribunal dio lectura durante tres horas a una síntesis del fallo que consta de 415 fojas y que el ex capellán no presenció debido a que su abogado defensor, Martín Cerolini, pidió que se lo excuse de ese trámite.
Von Wernich fue trasladado a La Plata desde el penal de Marcos Paz, donde cumple la pena, pero sólo ingresó a la sala de audiencias unos minutos, debido a que el Tribunal lo autorizó para que se retire.
Según el fallo, el ex capellán "tuvo responsabilidad en la planificación, cooptación y posterior ejecución del plan que terminó con la vida de este grupo de personas a quienes él mismo les había asegurado que saldrían del país, tras ganarse su confianza y usando como ardid su calidad de sacerdote".
"Von Wernich cumplió un rol específico y siniestro consistente en un fluído contacto con los familiares a fin de mantenerlos tranquilos y esperanzados hasta que se consumaran los homicidios y desentenderse -como hizo hasta el día de la fecha- de cualquier vinculación con lo finalmente sucedido, la muerte de los siete, logrando así la impunidad de la que gozó durante 30 años", destacaron en el fallo.
Con relación a las torturas, el Tribunal desestimó el planteo de la defensa en torno a que Von Wernich atendía a las víctimas luego de las sesiones de tormentos, pero que no participaba en ellas, debido a que "en los ámbitos en los que ocurrían (por los centros clandestinos), su responsabilidad como coautor es palmaria".
Para los jueces "es tan torturador el que enchufa el cable en la pared como el que enciende la radio para que no se escuchen los gritos, el que pasa la picana por los genitales de la víctima, o el que llega después a aconsejarle que hable para no ser torturado nuevamente".
Además, precisaron que Von Wernich "no sólo tenía pleno conocimiento del exterminio en curso, sino que además participó activa y entusiastamente de él como verdadero cuadro que era" y consideraron que su "calidad de religioso le permitió tanto la utilización de los hábitos y símbolos característicos, como los conocimientos que la formación de su oficio, le brindaron".
Fuente: Télam