Siempre reacio a dar entrevistas a los medios, Máximo Kirchner, no es una figura fácil a la cual acercarse. Sin embargo, la periodista ultra-k Sandra Russo, panelista del programa 6-7-8, pudo acceder a un encuentro con el hijo de Néstor y Cristina Kirchner, principal organizador y fundador de La Cámpora desde sus inicios en Santa Cruz.
En un reportaje concedido a Tiempo Argentino, Russo da cuenta de los detalles del libro "Fuerza Propia, La Cámpora por dentro", el cual demandó un trabajo de dos años y varios meses. "Para hacer el libro tuve paciencia de vietnamita", comentó.
Russo comentó que no leyó el libro "La Cámpora" de Laura Di Marco, salvo un "capítulo fotocopiado". "Vi que eran fuentes secundarias, terciarias y cuaternarias… A mí no me interesa saber lo que piensa el ex guardaespaldas del amigo del primo", ironizó.
Evitó comparar a la agrupación de Máximo con La Coordinadora (agrupación radical de los años '80): "La Cámpora ya hace rato que no es eso. Cuando eran una organización de cuadros, tenían muy poca gente en la gestión. Pero cuando se hicieron más visibles en el Estado, La Cámpora ya había dejado de ser una organización de cuadros para acercarse a lo que había sido el propósito que les había dado Néstor en las primeras reuniones de conducción: que era recrear algo que tuviera que ver con la JP de masas, con la JP de las Regionales. Eso está en el libro. Néstor quería eso y generar una orgánica nacional de la juventud."
Sobre los inicios del proyecto contó: "Néstor empezó a buscar una fuerza propia una vez que ya era presidente. Y los que empiezan a articular La Cámpora son militantes santacruceños, el motor de todo fue Santa Cruz: por eso, Máximo aparece como uno de los primeros armadores junto con cuatro o cinco pibes más, cercanos al padre. En paralelo había otros intentos de armado: con Wado De Pedro, que ya se reunía con Iván Heyn, con Axel Kicillof, con Mariano Recalde. Que ya
lo conocían al Cuervo. Empezaba a haber costuras."
"La articulación básica y primaria de todo eso, mientras cada uno tejía en la universidad, en el territorio o en la lucha por los derechos humanos, se hizo en la Casa de la provincia de Santa Cruz. Así surge el armado embrionario. Y el nombre aparece el 28 de diciembre de 2006, cuando la familia de Héctor Cámpora le entrega a Néstor los atributos presidenciales de aquél, como reconocimiento", añadió.
Sobre la escasa comunicación de La Cámpora con los medios y su secretismo, dijo: "Que dio resultado positivo a mí no me cabe ninguna duda. Haber podido construir una fuerza que hoy tiene un volumen, más allá de que pueda crecer o decrecer, y es el más importante en cuanto a organizaciones juveniles que existió en 30 años por lo menos. La Cámpora hoy implica 35 mil jóvenes organizados en todo el país. Pero no es algo que esté cerrado, porque hoy por hoy hay que analizar a La Cámpora inserta en Unidos y Organizados, y eso tiene una dimensión completamente distinta, porque en ese espacio hay algunas organizaciones que son muy grandes".
"La manera de convocar fue hacerlo silenciosamente y armando sin correr el riesgo de dejarse tentar por la video-política que sigue, hasta hoy, condicionando las decisiones del 80% de los dirigentes argentinos. Que no entienden que hay otra manera de construir y hacer política, que no tiene que ver con las declaraciones a la prensa. Hay periodistas que no entienden que la obligación de un político es hacer política, no es facilitarle al periodista la tarea profesional. Yo creo, sin embargo, que en este momento ellos han comprendido que la comunicación hacia la sociedad tiene que cambiar. Que si uno no tiene contra-relato lo único que termina circulando es el relato del poder económico. Claro, si hasta gente kirchnerista cree que Máximo se la pasa jugando a la play… ", concluyó.