POLITICA

Schoklender: "El kirchnerismo post-Néstor es un cambalache"

El ex apoderado de Madres sigue acusando al Gobierno y a Hebe por el desfalco en la fundación.

Schoklender: "La idea es que, cuando estos muchachos salgan, vayan a las villas a seguir reclutando gente".
| DyN

Apenas salido de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schoklender se ocupó de que se conociera su versión sobre la compleja red financiera de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, y el desfalco del programa Sueños Compartidos. Ahora, pocos días después de haber salido de prisión, promete continuar con una catarata de acusaciones y denuncias.

Mientras insistió en su inocencia, al asegurar que jamás tuvo una Ferrari o paró una obra de construcción, acusó a los medios de estigmatizarlo con su condena por el homicidio de sus padres y aseguró que “toda la verdad está en el expediente”. “El último peso y la última casa construida están acreditadas”, afirmó.

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“El problema empezó cuando a Hebe le agarró la locura y empezó a echar a todo el mundo”, acusó Schoklender, en una entrevista con el canal Todo Noticias. Asimismo, el ex “hijo” de la titular de Madres aseguró que la firma presuntamente falsificada por él es de Bonafini. “Las pericias demostraron que la firma es de Hebe”, aseguró.

Las actividades de Madres. En esa misma línea, Schoklender defendió las varias acciones de la Fundación, que oscilaron entre construir casas, llevar adelante la Universidad de las Madres, la radio que lleva el mismo nombre, el Centro de la Memoria (ex Esma), y hasta la financiación de campañas políticas.

“Yo estaba de acuerdo con algunas actividades de la Fundación, como la de mantener el centro cultural de la Esma y la Universidad”, admitió el ex apoderado. “Pero no con ‘las Cristinas’ y con financiar a cuanto amigo de Hebe apareciera”, aclaró.

La cárcel. “Volver fue durísimo”, reconoció Schoklender. Su paso por la prisión duró dos meses, pero, según él, fue peor que su condena por haber asesinado a sus padres, junto a su hermano Pablo. “Tuve situaciones privilegiadas, pero lo que vi en las cárceles no pasaba ni en la dictadura”, afirmó.

“Hay hambre, golpes salvajes, la comida que hoy llega a los pabellones no la comerían ni los cerdos”, se quejó. Sin embargo, esas no fueron las únicas sorpresas.

“En la cárcel, no sólo me encuentro con los medios oficialistas en contra sino, adentro, con La Cámpora”, exclamó, en referencia al Vatayón Militante que realiza actividades sociales en los penales.

“Ese es un lugar para reclutar militantes, para que salgan y recluten en las villas más militantes”, opinó, mientras aseguró que la organización recibe subsidios del Ministerio de Desarrollo Social.

“Este es el germen de una patota”, opinó. “Esto es sucio, retorcido, más allá de lo que Máximo, el Cuervo y Cabandié pueda decir. Es como cuando Ritondo iba a buscar barrabravas para enfrentar las protestas de docentes y estudiantes”, espetó.

Kirchnerismo y Cristinismo. Mientras el oficialismo entero lo cuestiona, Sergio Schoklender se ocupa de reafirmar su simpatía con el kirchnerismo, aunque no ahorra críticas contra la administración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “El kirchnerismo post Néstor es un cambalache”, calificó.

“Néstor tenía un concepto de lealtad distinto al de estos atorrantes”, comparó. “Con errores y aciertos, Néstor estaba en los detalles”, prosiguió.

¿Quién carajos gobierna en este país hoy? Cristina no está en los temas cotidianos”, sostuvo.