Schoklender pidió iniciar y anular pericias, y una licencia para construir

El ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo Sergio Schoklender pidió este mediodía la nulidad de una pericia que estableció la supuesta falsificación de la firma de Hebe de Bonafini en un contrato entre la entidad y la empresa constructora Meldorek S.A, de su propiedad.

En un escrito presentado por él mismo en el juzgado federal de Norberto Oyarbide, el investigado por presunto desvío de fondos públicos a través de su constructora de viviendas sociales cuestionó la pericia ordenada por el magistrado y realizada por especialistas de la Gendarmería Nacional.

Según Schoklender, esa pericia "violó sistemáticamente la norma prevista" y le privó del "pleno ejercicio de mi derecho de defensa al no haber sido notificada y sin fundamentos válidos que justifiquen tal excepción", además de no haberle permitido la designación de un "perito de parte" para su contralor.

Asimismo solicitó que se realice una nueva pericia que consista primero que nada en la "formación de cuerpo de escritura" de Hene de Bonafini, así como que se le permita la designación de un "perito calígrafo de parte" que lo represente en ese paso procesal.

Además, Schoklender informó a la Justicia que se propone "garantizar la continuidad" y cumplir las "obligaciones laborales" de su empresa Meldorek S.A., pese a que él es investigado por supuesto desvío de fondos públicos a través de esa constructora. La novedad fue revelada por él mismo en otro escrito que presentó esta mañana en la fiscalía federal uno, de Jorge Di Lello, para reclamarle la devolución de "los libros de actas" de Meldorek, que había aportado a la Justicia, o en su defecto "fotocopias certificadas".

Como justificativo de dicha solicitud expuso que requiere la documentación de Meldorek "a los fines de garantizar su continuidad y dar cumplimiento con las obligaciones laborales, tributarias y designación de nuevas autoridades por parte de los accionistas".

Meldorek S.A. pertenece en un 90 por ciento a Schoklender, que dirigía el plan de viviendas sociales "Misión Sueños Compartidos" de la Fundación y a la vez contrataba a su propia constructora para llevar adelante las obras financiadas con fondos públicos del Ministerio de Planificación, hasta que los trabajos se suspendieron por falta de fondos.

El restante 10 por ciento de Meldorek pertenece a Gustavo Serventich, ex piloto, que integra el grupo de personas investigadas junto a Schoklender, su esposa Viviana Sala, el hermano, Pablo Schoklender, el empresario Alejandro Abraham Gotkin, ex dueño de Meldorek, y su esposa Marcela Zlotorski, entre otros.