POLITICA
un tribunal en la mira

Se rebeló un camarista: "Todo tiene un límite"

Se lo dijo uno de los miembros de la Cámara Federal a un allegado en el Poder Judicial. Integra la Sala que eximió a Jaime de prisión y el jueves falló tres veces a favor del Gobierno. El sobreseimiento de Daniel Cameron.

Trío. Freiler no firmó los tres fallos polémicos. Ballesteros y Farah sí. Se rubricaron el jueves.
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En un mismo día, la Sala I de la Cámara Federal volvió a complacer al Gobierno en plena campaña electoral con tres fallos. La seguidilla de decisiones a favor del Ejecutivo causó esta semana un conflicto entre los miembros de esa sala de la Cámara y agudizó el malestar de los jueces y fiscales federales con los camaristas.

El camarista Eduardo “Chiche” Freiler, casualmente, entró de licencia justo el jueves. El magistrado, miembro de la Sala I, le manifestó el viernes por la mañana a uno de sus más allegados en el Poder Judicial: “Todo tiene un límite”, con respecto a los tres fallos, y le aseguró a su confidente que había pedido licencia para no tener que firmar las resoluciones, revelaron a PERFIL fuentes directas de la conversación. El día anterior, Freiler todavía estaba en funciones, según consta en los fallos que firmó hasta el 31 de julio.

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El jueves, más que nunca, la Sala I se ganó su apodo en los tribunales federales, donde sus miembros la bautizaron “la sala K”.

Esta sala de la Cámara, integrada por Jorge “Pati” Ballesteros, Eduardo Farah y Freiler, es la misma que eximió de prisión a Ricardo Jaime hace tan sólo días. Esa decisión sí la firmó Freiler con Ballesteros, y, como reveló este diario, contó con la gestión de Javier Fernández, otrora operador central del Gobierno en la Justicia.

Jefes. Los camaristas son los superiores directos de los jueces penales federales, y por lo tanto son los responsables de revisar sus decisiones ante las apelaciones de las defensas y los fiscales.

Dos de los tres fallos del jueves se conocieron ese mismo día: apartaron al juez federal Norberto Oyarbide de la causa Schoklender, anularon todo lo actuado y le dieron la causa a otro juez; en la causa Ciccone, retaron al fiscal Jorge Di Lello y al juez federal Ariel Lijo, criticaron las pruebas del magistrado y le ordenaron acelerar los tiempos de la investigación para que el vicepresidente Amado Boudou se saque rápido de encima el problema. Una frase se destacó en la resolución: la Cámara le dice al juez Lijo que Boudou tiene “el derecho que tiene toda persona a verse liberada del estado de sospecha”. 

El estudio de la apelación en la causa Schoklender estaba a cargo de la vocalía de Freiler, lo cual hizo más sospechosa su ausencia.

Cameron. El tercer fallo no trascendió. Pero el mismo día los camaristas sobreseyeron al secretario de Energía, Daniel Cameron, en una causa en la que estaba procesado por incumplimiento de los deberes de funcionario público. El funcionario estaba acusado por el juez Sergio Torres y el fiscal Federico Delgado por no controlar entre 1995 y 2000 a la empresa concesionaria de la mina carbonífera de Río Turbio, en Santa Cruz, y permitir así un perjuicio para el Estado de casi 38 millones de pesos. 

Los tres fallos están firmados por Ballesteros y Farah. Freiler y Ballesteros vienen de firmar un fallo contra el juez Claudio Bonadio en el que pulverizaron las decisiones de dicho magistrado en la causa contra Jaime.

Además de la Cámara Federal, hubo otros dos camaristas que le dieron buenas noticias al Gobierno. Se trata de los miembros de la Cámara de Casación, sala IV, Mariano Hernán Borinsky y Gustavo Horno. Le suspendieron un juicio por dádivas a Jaime. Hace dos semanas, autorizaron a la defensa de Boudou a que pida otra vez la nulidad de la causa Ciccone. El tercer miembro de la sala, Juan Carlos Gemianiani, votó en las dos ocasiones en contra de sus pares.