La presidenta Cristina Fernández encabezó ayer por la tarde el homenaje a los efectivos de la Policía Federal caídos en cumplimiento del deber que se realizó en el monumento que los recuerda, en Figueroa Alcorta y Monroe de esta ciudad, pero
contrariamente a su costumbre, declinó hacer uso de la palabra y delegó esa tarea en el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
En la oportunidad, el ministro destacó la labor de los policías "porque son los que realmente han tratado de estar a nuestro lado, tratando de darle forma a una manera de vivir, a una forma que la sociedad exige, a un esfuerzo cotidiano, a un trabajo duro, implacable, basado en las convicciones y en la vocación".
Agregó que su tarea sólo se "comprende cuando se los llama a actuar, cuando se los llama a ponerse al frente de una situación difícil, cuando se pide de ellos lo más difícil de todo: arriesgar su vida y ponerla al servicio de los otros".
"Nos acostumbramos a todo menos a la muerte", afirmó, "y mucho menos a la muerte de aquellos a los que les ha llegado por defender a los otros". Del acto habían participado también el ministro de Justicia y Seguridad, Julio Alak, que eligió un bajo perfil, y sus colegas de Economía, Amado Boudou, y de Planificación, Julio De Vido.
Fuente: DYN