En lo que puede convertirse en el nuevo caso Skanska, la Justicia investiga contrataciones anómalas, desvíos de fondos y facturas truchas por seis millones de pesos en Atucha II, la central nuclear que, para poder funcionar con las normas de seguridad al día, debe ser rediseñada con suma urgencia y comprar equipamiento para ello.
La causa se encuentra en el Juzgado Federal de María Romilda Servini de Cubría, quien cree que podría tratarse de una metodología común para el desvío de dinero de una suculenta caja y ya ordenó varios allanamientos en las principales sedes atómicas argentinas.
Según investigadores que analizan la forma en que se produjeron estos movimientos de dinero público, sorprende que la metodología sea similar al procedimiento evidenciado en el Caso Skanska. En diálogo con PERFIL, destacaron que existe un fideicomiso, una empresa no habilitada al efecto mueve los fondos y presenta como justificativo una serie de facturas “truchas”.
Según varios documentos reproducidos por PERFIL, Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NaSa), una empresa estatal dependiente de la Secretaría de Energía y encargada de finalizar Atucha II, rubricó un convenio con la CNEA “para la recuperación de la capacidad técnica de CNEA a los fines de fortalecer la asistencia que ésta brindará al Proyecto Central Nuclear Atucha II”.
En ese marco, NaSa le cedió en el último año $ 6 millones a CNEA para formar recursos humanos e incorporar tecnología. Sin embargo, ese dinero -en realidad, $ 6.100.000- fue desviado a la empresa Dioxitek SA, cuyo paquete accionario es 99% del Estado nacional y 1% de Mendoza, para compras que lucen irregulares y que los investigadores consideran que no tienen nada que ver con el objetivo por el cual se otorgó el dinero.
La causa, que apunta a la central nuclear, surgió a raíz de una denuncia anónima y por informes de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) de julio y noviembre de 2007, que repiten conceptos de otro anterior de 2006, que hacía foco en las irregularidades de los gastos hechos por la dupla CNEA-Dioxitek.