El cronómetro empezó a correr. En una semana, el primer gobierno no peronista en 16 años buscará consolidar su proyecto político en las urnas. Todo indica que Cambiemos, la fuerza que lidera el presidente Mauricio Macri, no sólo aumentará su caudal de legisladores en el Congreso sino que tendrá suficiente aire como para encarar una serie de reformas económicas y políticas con sello propio.
Aunque el epicentro de la batalla será en la provincia de Buenos Aires, por la cantidad de electores y por los competidores, la Casa Rosada quiere cosechar buenos resultados en más de 15 provincias para revertir la hegemonía del PJ.
En territorio bonaerense la principal rival es Cristina Kirchner, que se juega la existencia de su espacio contra Esteban Bullrich. Tanto el oficialismo como el kirchnerismo apuestan, hasta último momento, a aumentar la polarización lo más posible.
A la ex presidenta le conviene para impedir que votos peronistas vayan a otras opciones, como Sergio Massa o Florencio Randazzo. Y al gobierno nacional le sirve para captar la mayoría del voto anti K. Hasta el viernes a las 8 de la mañana tendrán tiempo para desplegar su arsenal.
La gobernadora María Eugenia Vidal volverá a protagonizar el tramo final: un raid mediático con un promedio de tres entrevistas diarias (ver página 6), la mayoría en los programas de mayor audiencia. Serán más de cincuenta notas en total. Además, mañana comenzarán a emitirse los nuevos spots que diseñó el jefe de campaña, Federico Salvai, con el secretario de Comunicación, Federico Suárez, y el publicista Juan Manuel “Papón” Ricchiarelli. En ellos se la puede ver en primer plano a Vidal quien pide ir a las urnas. “Tu voto cuenta”, dice la gobernadora junto a los candidatos. “Escuchate a vos, escuchá a tu corazón, este domingo sigamos haciendo historia”, agrega en primerísimo primer plano. En otra de las piezas publicitarias de 48 segundos aparece Macri también: “Este domingo por favor acompañanos con tu voto”, expresa el Presidente con Vidal a su lado.
Al igual que en las PASO, Cambiemos instalará la idea de que en esta elección lo que está en juego no es la integración del Congreso sino el futuro del país. En rigor, “pasado versus futuro”, esbozan los estrategas del oficialismo.
Cristina, con encuestas en la mano, se volcará casi exclusivamente a consolidar su caudal de votos –quiere evitar las fugas–, pero también intensificará su peronización: ayer fue a La Matanza, bastión clave del PJ conducido por el kirchnerismo, y volverá el jueves, último día oficial de campaña. En el interín, mañana, protagonizará un acto multitudinario en la cancha de Racing, que está en el municipio ultrakirchnerista de Avellaneda. En esos lugares se mueve con comodidad. En los dos distritos ganó en las PASO, y es allí donde quiere incluso mejorar su performance. También ofrecerá otra nota “distendida” en el programa de Gerardo Rozín, en Telefe. Allí se espera que pruebe algún bocado de la cocina de Morfi.
En otras palabras, la ex presidenta se encontró con que la estrategia de una campaña light que había hecho en las primarias no le había permitido incorporar votos que no fueran del núcleo duro y por eso en este segundo tramo se endureció. Hubo más discursos propios y menos de los vecinos, y tomó el protagonismo en los spots de Unidad Ciudadana. Después de octubre la discusión será, de acuerdo a los resultados, cuál será su participación en la renovación de un peronismo que, hasta ahora, pretende correrla de escena o al menos bajarle las pretensiones.
Por su parte, para Cambiemos el nivel de participación será clave. A tal punto que ayer, durante el último timbreo electoral de la gobernadora con los candidatos Esteban Bullrich, Graciela Ocaña y Alex Campbell en San Fernando convencieron a una jubilada de 81 años para que se acerque a las urnas. “¿Para qué quieren que vote si van a ganar?”, les había dicho. “Vamos a estar con lo justo, si la gente no va a votar se va a complicar”, es el mensaje que repiten una y otra vez en el PRO.
Otra preocupación del oficialismo es la fiscalización. De esto se habló el jueves por la noche en la casa del ministro Jorge Triaca (Trabajo) en San Isidro, donde unos 500 fiscales de la zona norte escucharon a los funcionarios bonaerenses. Les pidieron que “no se relajen”. Algo similar ocurrió en Quilmes y en Pilar. De todas maneras, en Cambiemos creen que habrá mejores números en La Plata, en Mar del Plata y en la primera sección electoral, en los municipios massistas como San Fernando y Tigre.
En cuanto a los cierres, el jueves CFK encabezará en La Matanza y habrá varios miniactos simultáneos en distintos distritos que transmitirán su discurso. Por su lado, Vidal volverá a una de sus cábalas de 2015 (además de una campera negra que viene usando): cerrará su campaña en el club El Porvenir de Lanús.