"Existe la traición.. existió Judas... existe la traición... pero llamarle traición a algo que no sale como uno quiere, es de perdedores", dijo el diputado por la Provincia de Buenos Aires Felipe Solá, al ser consultado sobre cómo tomó las palabras que le dirigieron los kirchneristas por votar en contra del proyecto oficial por las retenciones móviles.
Tras asistir a una charla sobre "Instituciones y Estado de Derecho", organizada en Mar del Plata por la Asociación Civil de Estudios Populares, el legislador concedió una entrevista al diario local La Capital , en la que formuló duras críticas al oficialismo, en especial a raíz de su manejo del conflicto con los ruralistas.
"En la Argentina de los últimos tiempos ha habido una ideologización extrema a raíz del conflicto que ha llevado a pensar... 'nosotros o ellos', juntando en el 'ellos' a todo aquel que no estaba de acuerdo con el gobierno de Cristina Kirchner, o de Néstor Kirchner", afirmó Solá, y luego agregó que esas divisiones "no ayudan a entender la Argentina y menos a resolver un problema tan grave como este. Ayudan en cambio a dividir, ayudan también a tener mística para militar, pero es una mística basada en un falso diagnóstico".
"La impresión que da es que desde hace dos meses hasta la finalización del tema del Congreso se vivió una actitud de acción directa en la calle, diciendo quién era el bueno y quién el malo, dónde estaba la vida y dónde la muerte, y ya se ve que esto no es la muerte... Se perdió algo y no es la muerte" completó el ex gobernador bonaerense.
Consultado sobre si ese maniqueísmo o binarismo lo alejó del Gobierno, confirmó que sí: " Me alejó cuando vi que la política no tenía espacio, que solamente en este gobierno la política era ocupar un puesto de lucha y hacer la venia, que opinar era retrasar la acción directa, que dudar estaba prohibido, era de tibios y que no había espacios para tibios", añandiendo que "a veces hay que tener más coraje para asumir la tibieza o la moderación que vestirse con ropaje de amigo o enemigo".
Criticó asimismo que el ex-presidente Kirchner usara un lenguaje "guerrero y setentista" que no fue comprendido por una gran mayoría de personas "porque veía el conflicto con el campo entre gente que le iba muy bien, que trabajaba mucho, que tenía las manos cayosas y tiene boina (porque los oligarcas no aparecen, aparecen los chacareros) y del otro lado un gobierno empecinado en una medida fiscal. Que era una mala lectura, pero el gobierno ayudó a que se asentara esta lectura desde los medios y la batalla estaba perdida... El Gobierno perdió 30 puntos de imagen e insistió en cerrarse en ese lenguaje, en esa mirada binaria sobre la vida argentina".
Consultado sobre si abandonará el bloque oficialista, Solá respondió que "el bloque todavía no se ha vuelto a reunir así que no puedo saber dónde estoy". No negó su acercamiento al ex-presidente Duhalde, al que calificó como "un polo de referencia para todo el peronismo que se siente herido, que ha quedado afuera", pero luego aclaró que "si no hay una definición bien clara de qué país y qué estilo político quiere tener ese sector, lo único que va a ser es un sector que de manera oportunista quiera aprovechar la debilidad del kirchnerismo".