El ministro de Medio Ambiente, Sergio Bergman, quedó en el centro de la polémica tras los incendios y luego de una fuerte disputa con el gobernador peronista pampeano, Carlos Verna. Afirma a PERFIL que jamás pensó en renunciar.
—¿Llegó tarde el Gobierno a los incendios?
—El gobierno nacional actuó conforme a la ley de manejo del fuego que establece las competencias. En octubre se habían remitido todas las alertas y anuncios para la época de pronóstico de fuego. En La Pampa se consumieron 350 mil hectáreas en diciembre por obra y cuenta de la propia provincia, y recién el 1º de enero el Gobierno recibió el pedido formal de intervención.
—¿Qué le pasó cuando Verna difundió un spot en el cual lo culpaba?
—Un agravio en lo personal y una distorsión de los hechos. Ya era culpable antes de empezar a explicar. El lunes estuve en Santa Rosa con el mismo gobernador que utilizó recursos de la provincia para atacarme. En diciembre ya había tenido cuarenta focos de incendio antes del último gran incendio. Siempre tuvo los recursos disponibles.
—¿Macri alcanzó a pedirle explicaciones?
—No, en absoluto. Siempre mantenemos comunicación. El Presidente nos instruyó con mucha claridad: que estemos con la gente y resolver los problemas sin poner excusas.
—¿Estaba de vacaciones cuando el fuego cobraba fuerza?
—Lo niego categóricamente. El 30 de diciembre fue mi última actividad de gestión en el Parque Lanín y pasé fin de año en el Sur. Pero la noche del 1º estábamos coordinando la intervención en el marco del Plan Nacional del Fuego. Los ministros no tenemos que estar para la foto sino que los equipos técnicos tienen que atender los temas. No soy ni bombero ni brigadista, pero fui a velar porque tengan todos los recursos y por su seguridad.
—¿Cree que fue un chivo expiatorio?
—Me gustaría usar términos más técnicos: hubo de-sinformación sobre competencias y leyes. Nos pasó con la minería, como los derrames de la Barrick. Y es competencia de las provincias. Y no lo digo para evitar el tema sino para plantear que nos pusimos a disposición de San Juan para ayudar, pedimos la licencia para poder inspeccionar. Lo mismo con las inundaciones: hay que preguntarle al socialismo de Santa Fe, que gobierna hace nueve años, qué proyectos realizaron para evitarlas.
—¿Macri no se quejó de la subejecución de su ministerio?
—No sólo no se quejó sino que teníamos un presupuesto para el manejo del fuego de $ 203 millones y ejecutamos $ 308, estamos en un 151% de ejecución. Me gustaría ver los índices de ejecución de La Pampa, además de que está última entre los índices de transparencia, según Cippec.
—¿Por qué gran parte de su gabinete no es gente de su confianza directa?
—Por aquello que se tomó como una debilidad y es una fortaleza: yo no venía de la gestión ejecutiva, ni venía con los equipos armados, ni trabajando en este área. Pero al ser parte de un equipo, se fueron tomando experiencias como Ciudad Verde. No porque no sean conocidos míos no tienen que tener lugar, los ministerios no son para que los ministros pongan “su gente” sino personas idóneas. Hay secretarios de ONG, como Vida Silvestre.
—¿Abandonó su actividad como rabino?
—Sí, no es una incompatibilidad porque los rabinos no somos sacerdotes, pero es inviable sostener ambas funciones por el compromiso que un rabino tiene con su comunidad. n