En la semana del debut de una nueva temporada de ShowMatch, mientras miraba el rating, Marcelo Tinelli se imaginaba cómo arrancar con una candidatura silenciosa y gradual desde la televisión. Es “Bailando por un sueño” el espacio por el que, sin anunciar el salto a la política, podría empezar a acercarse a los votantes. El conductor televisivo quiere ser presidente y está cada vez más convencido de que 2019 es el año para concretar el nuevo desafío.
“La gente se engancha mucho con los sueños, se emocionan, lloran, participan. Yo tengo que empezar a estar ahí, salir del estudio e ir a visitar a los que tienen necesidades, y los podemos ayudar”, reflexionó Tinelli unos días atrás.
Cuando se le pregunta públicamente sobre una posible postulación, el hombre de Bolívar responde que no lo descarta y que tiene vocación de servicio. Sólo eso alcanza para que su teléfono no deje de sonar: “¿con quién vas a jugar?” es la pregunta más repetida de los políticos, incluso con aspiraciones presidenciales para 2019, que se alarman cada vez que surge la posibilidad en los medios.
El conductor de ShowMatch repite que ya queda poco por hacer en la televisión por aire, que tiene cada vez menos encendido. Aunque es el programa más visto de la televisión, la apertura del ciclo tuvo un promedio de 27,4 puntos de rating, bajo en comparación con 2016, cuando llegó a 34,6.
Tinelli tiene contrato con Canal 13 hasta fin de año y también piensa en la edad. “Necesita adrenalina y alimentar su ego, no va a irse a su casa. En 2019 va a tener 59 años; es 2019, no va a dejarla pasar y esperar hasta 2023”, detallan a su alrededor.
Requisitos. Pero Tinelli tiene condiciones: una de ellas es que sólo jugaría si fuera candidato único del espacio por el que finalmente se decidiera a competir, esquivando una pelea interna. Tinelli dice sentirse de centroizquierda, y quienes lo conocen lo imaginan liderando una campaña apoyado por dirigentes peronistas “sin prontuario”. Mencionan al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, al diputado del Frente Renovador Sergio Massa, y hasta al ex ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo.
No le importaría competir contra un nuevo mandato de Mauricio Macri. Aunque diga que tiene buena relación con el Presidente, en privado –y algunas pocas veces en las redes sociales– critica fuertemente su gestión. Si el candidato no es Macri y surge la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, como postulante a la Casa Rosada, ya la competencia lo entusiasma menos.
¿Puede Tinelli saltar a una candidatura presidencial y ganar una elección? En su entorno aseguran que sí. Creen que el gobierno de Cambiemos alimenta esta posibilidad al ser muy crítico de la política. También las causas de corrupción, no sólo del kirchnerismo sino también de la gestión actual, están haciendo crecer a un sector que descree de los políticos. “Tinelli viene de afuera, tiene todo para ganar”, promete un hombre cercano al conductor. Y remata la frase con una comparación no muy feliz: “Es momento de los outsiders; si Donald Trump ganó la presidencia de Estados Unidos, imaginate Tinelli”.
“Le da la nafta”, dijo Macri
El conductor de ShowMatch no dejó pasar la oportunidad. El viernes por la noche, en medio del programa emitido por El Trece y antes de tener un problema de garganta que le impidió continuar, lanzó: “Tenemos a dos de los periodistas que hoy fueron a ver a Mauricio Macri”, dijo al presentar al jurado de “Bailando por un sueño”. Quienes habían estado con el Presidente eran Marcelo Polino y Angel De Brito. Este último, horas antes, había escrito en Twitter: “‘A Tinelli le da la nafta para la política pero no creo que quiera por el momento’ textual de Macri”. “Usted me dijo que hablaron de mí como candidato, ¿candidato a qué?”, preguntó Tinelli al periodista que está en el jurado. “A presidente, dijo que por ahora no te ve para eso”, respondió De Brito.
Con risas, el conductor respondió: “Está bien rumbeado Macri”. Después de haber jugado fuertemente para Daniel Scioli en la campaña presidencial, Tinelli aseguró que con Macri no tiene ni tuvo problemas: “Nunca tuve problemas yo. No sé él. Yo anduve siempre bien”.