Decenas de miles de ciudadanos participaron de movilizaciones en todo el país en repudio a la represión a la manifestación de maestros ocurrida en Neuquen el miércoles pasado y que costó la vida al profesor Carlos Fuentealba, en la primera protesta de mayor magnitud desde la asunción del gobierno de Néstor Kirchner.
El asesinato a manos de policías durante la brutal represión policial a una marcha docente generó una ola de indignación que culminó con la decisión de las dos centrales de trabajadores, la CGT y la CTA, así como del gremio docente, la CTERA, de declarar un paro de actividades para hoy, que se cumplió en forma masiva.
También hubo paro de actividades en algunos servicios públicos. En Buenos Aires, el cuerpo de delegados de subterráneos no solo cumplió la huelga entre las 12 y las 13 sino que una hora antes y una después se liberaron los molinetes y los usuarios viajaron gratis, con el argumento de facilitar la llegada y desconcentración del acto que se realizó frente a la Casa de Neuquén, a tres cuadras de la Plaza de Mayo.
Los trenes con cabeceras en Constitución, Plaza Once y algunas con terminal en Retiro estuvieron también una hora sin servicio. Recién a las 13 salieron dos servicios del ramal eléctrico del Roca, con dirección a Ezeiza y Alejandro Korn, en tanto que minutos después partió el diesel hacia Bosques. Los colectivos no pararon totalmente aunque se vieron pocas unidades entre las 12 y las 13.
En los hospitales públicos bonaerenses, la Asociación de Profesionales (ex CICOP), de fuerte dominio gremial, hizo paros simbólicos y se atendieron guardias. Los administrativos bonaerenses nucleados en ATE también cumplieron con la jornada de huelga.
El personal aeronáutico en tierra (APA) y los pilotos (APLA) habían asegurado también que no habría actividad ni partida de aviones de dos aerolíneas de cabotaje en la hora posterior al mediodía.
La muerte de Fuentealba unió como pocas veces en los últimos años en un paro de actividades, sin detenerse en las diferencias entre los sindicatos que los representan. Además de la amplia adhesión en Neuquén, y las provincias con conflictos con el sector de los maestros, La Rioja, Salta, Santa Cruz y Tierra del Fuego, en los distritos más grandes los maestros se hicieron eco del dolor para ir a la huelga.
En la provincia bonaerense, donde el ceterista Suteba suele marchar de la mano con la también poderosa Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), ambas fueron ariete de un amplio paro. A ellos se les sumó el SADOP, el más importante de los sindicatos de maestros y profesores de la educación privada.
En la Ciudad de Buenos Aires, si bien las autoridades del Ministerio de Educación dijeron no tener cifras de la adhesión, la mayoría de las escuelas, tanto públicas como privadas, tuvo cerradas sus puertas, pese a las casi decenas de gremios que se reparten la afiliación de maestros.
En Córdoba, la adhesión fue fuerte, en tanto que el intendente de la ciudad capital, Luis Juez, decretó asueto educativo en repudio al homicidio. Juez dijo estar "sensiblemente conmovido por tal lamentable hecho, y se solidariza y acompaña a los trabajadores de la educación neuquinos".
También las autoridades provinciales de Formosa y Tierra del Fuego declararon asueto escolar, con lo cual acompañaron el paro de los maestros pese al conflicto por mejoras salariales que hay en la isla grande. En Rosario, además del alto acatamiento, hubo una multitudinaria marcha en el centro de la ciudad.
La universidad de Buenos Aires también mantiene sus puertas cerradas por todo el día, tal cual había anunciado el rectorado, que se extendió a los centros culturales que dependen de esa casa de estudios. La universidad Nacional de La Plata también cumplió el paro a rajatabla.
En tanto, en la Capital Federal se realizó una gran movilización hacia la casa de Neuquén de la que participaron varias decenas de miles de manifestantes que neutralizaron totalmente el tránsito en el centro. La Policía Federal rodeó de vallas y apostó un numeroso grupo de efectivos no sólo alrededor de la Plaza de Mayo, sino también frente a las casas de Salta, Neuquén y Santa Cruz, provincias donde se cumplen desde hace semanas paros docentes.
Desde el palco, el titular de la CTA, Hugo Yasky, pronunció un discurso donde sostuvo que el gobernador neuquino, Jorge Sobisch, "se tiene que ir" para "rendir cuentas ante la Justicia".
"Hay un matador de Carlos Fuentealba, de apellido (Darío) Poblete, pero hay un asesino del profesor Fuentealba, de apellido Sobisch. Tiene que pagar. Tiene que irse, tiene que rendir cuentas ante la Justicia", exhortó Yasky.
Desde el palco y también entre los manifestantes, seguían el discuro V íctor De Gennaro; Carlos Heller; Aníbal Ibarra; el intendente de Morón, Martín Sabatella; Patricio Echegaray; Claudio Lozano y Miguel Bonasso, entre otros.
La mayor columna de manifestantes fue aportada por la CTA y su filial, CTERA. También sumaron participación bloques de izquierda, como el MST, el PO y el PTS, entre un centenar de agrupaciones y organizaciones de ese signo.También se vio un grupo del Partido de la Victoria, una formación creada por el kirchnerismo.
Muchos transeúntes que trabajan en el centro porteño se acercaron a las avenidas Corrientes y Diagonal Norte y acompañaron con palmas o sólo con su presencia, sin enrolarse en ninguna columna.
El presidente Néstor Kirchner, quien hoy se reintegró a sus actividades oficiales en la Casa de Gobierno luego de haber permanecido nueve días en su residencia en El Calafate, se mantuvo sin dar a conocer públicamente su opinión sobre la crisis desatada por el asesinato del docente Fuentealba en Neuquén.
Kirchner, quien sólo permaneció dos horas y veinte minutos en su despacho de la sede gubernamental, era permanentemente informado sobre el desarrollo de las protestas por el ministro del Interior, Aníbal Fernández, según iformaron fuentes oficiales.
Fuente: DyN