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Todo lo que no se vio de la visita de Vargas Llosa a la Argentina

El escritor no sólo dio conferencias. Revista Noticias relata su exclusivo asado, el vals en una estancia y sus "encuentros opositores". Fotogalería.

El Nobel de Literatura en la estancia Los Patricio, en San Antonio de Areco.
| Cedoc

El Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa concedió varias entrevistas a los medios, brindó conferencias privadas y dio el esperado discurso de apertura en la Feria del Libro, en el que le agradeció a Cristina Kirchner su intervención para que no se lo censurara. Pero también tuvo una agenda casi "secreta", en la que se dio el lujo de degustar la carne y el vino argentinos, y hasta bailar un valse en una estancia tradicional ante un selecta compañía.

A 100 kilómetros de la Capital y con custodia policial, Mario Vargas Llosa (75) miró la arboleda, tomó una copa de vino tinto y se relajó por primera vez desde su llegada a la Argentina. Fue recién el miércoles 20, después de tres días en los que casi no había salido del Hotel Sheraton de Retiro. 24 horas antes de su presentación en la Feria del Libro disfrutó de un asado en San Antonio de Areco, rodeado de un público favorable y lejos del temor que lo tuvo inquieto durante toda su estadía porteña: la posibilidad de ser escrachado por militantes kirchneristas.

Unos cien miembros de la Fundación Libertad pagaron 100 dólares el cubierto para almorzar en la estancia “Los Patricios” junto al escritor. Vargas Llosa llegó después de las 11 y lo recibieron con una carrera de sortija. La lluvia complicó los planes de los anfitriones, que pretendían pasearlo en carreta por el campo. Fue una complicación también para su mujer, Patricia, que tuvo que cubrir sus pies con bolsas de plástico para no arruinar los zapatos: “Perdí toda elegancia”, se rio mientras trataba de evitar los charcos de barro.

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