El dirigente kirchnerista Luis D'Elía resolvió hoy suspender la convocatoria de sectores oficialistas a concurrir a Plaza de Mayo el próximo domingo para "festejar" un eventual triunfo frente a la Casa Rosada, tras la polémica que había generado dentro del kirchnerismo y las críticas desde la Coalición Cívica.
"Había sido mal interpretada y nosotros no queremos darle pasto a la derecha reaccionaria", aseguró D'Elía a la agencia DyN sobre la convocatoria y también se lamentó porque "los medios asociaron nuestra propuesta con la violencia, lo cual es maniqueo y arbitrario".
Las diferencias habían surgido en el propio kirchnerismo bonaerense. El vicepresidente de la Cámara baja bonaerense, Fernando "Chino" Navarro, había opinado que "no era prudente" organizar un acto frente a la Casa Rosada porque "es necesario evitar enfrentamientos que pueden ser funcionales a la derecha y a los grupos que alientan situaciones de inseguridad y fraude".
Por su parte, Hernán Letcher, secretario general del Movimiento Segundo Centenario y dirigente cercano a Luis D'Elía, ratificó la convocatoria "a todas las organizaciones" que "quieran festejar la victoria" del oficialismo. En un comunicado, Letcher se mostró "convencido" de que el Frente para la Victoria hará "estallar las urnas de votos" el domingo.
Sin embargo, Navarro reclamó "ser muy cuidadosos de no entrar en la provocación", como también "defender la transparencia de los comicios" frente a "una minoría" política "que expresa el miedo a perder su extraordinario poder económico".
Entre tanto, los legisladores de la Coalición Cívica, Patricia Bullrich y Samuel Cabanchik calificaron con dureza el llamado. Bullrich dijo que "la convocatoria es una nueva provocación" y que "es una gran irresponsabilidad que puede ser generadora de violencia, producto del autoritarismo oficial que no solo se apropia de un lugar público, sino que quiere imponer sus ideas y no aceptar que otros piensen diferente".
A su turno, el senador porteño Cabanchik advirtió que el llamado a movilización es "provocativa, irresponsable y peligrosamente lindante con un clima de guerra civil". Sostuvo que "estos métodos de querer ocupar espacios públicos, a través de la fuerza o de actitudes patoteriles, naturalizan un camino peligroso hacia un estado general de confrontación en cuya vecindad pueden anidar las vocaciones más extremas".
El senador de la oposición sostuvo también que "cuando en el seno de un estado la lucha política domina enteramente las diferencias entre partidos, según la lógica amigo/enemigo, la vida de los pueblos se organiza en términos de guerra civil".
Fuente: DyN