POLITICA
la intimidad de la ceremonia

Trato frío a Boudou y una transmisión de TV con tono editorial

Hielo. La Presidenta esquivó los comentarios del vice.
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No hubo saludos efusivos ni para Amado Boudou ni para Julián Domínguez. La Presidenta entró al recinto de la Cámara de Diputados con la atención puesta en el discurso que iba a brindar. “¿Cuánto llevamos, Julián?”, le preguntó, para saber cuánto tiempo hacía que estaba hablando. Y bromeó: “¡Ah!, menos que el año pasado”. En 2013, la jefa de Estado se dirigió a la Asamblea Legislativa durante casi cuatro horas. El trato con Boudou fue distante. Su vicepresidente enfrenta un torbellino judicial que lo involucra con el levantamiento de la quiebra de Ciccone Calcográfica, y su posterior compra. Tuvo que salir durante la semana a defenderse sólo por los medios “amigos”. Ningún compañero del gabinete lo respaldó. En su entorno, dicen que la que lo sostiene es CFK, pero al parecer tampoco ella quiere quedar pegada a una figura que por estos días es bastante impopular.
Una apostilla de la jornada la brindó el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. El hombre más poderoso del Gobierno y cultor del bajo perfil anduvo por el recinto repartiendo besos y abrazos entre los miembros de la bancada oficialista. Tuvo un breve diálogo con el senador Miguel Angel Pichetto, que tuvo que acatar su orden de votar a Gerardo Zamora, el radical K, para la presidencia provisional
del Senado. Pichetto quería ese cargo.
Durante la sesión ordinaria que presidió Cristina Kirchner, el director de cámaras de la TV Pública fue un actor principal. Cuando la jefa de Estado cuestionaba a los empresarios, el canal estatal enfocaba la cara seria de Ignacio de Mendiguren, hoy diputado por el massismo y secretario general de la Unión Industrial Argentina (UIA). Cuando cuestionaba a la Justicia, las cámaras se dirigían a la cara del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. Cuando intercambiaba bromas con Morales, la imagen enfocaba al senador radical. Todo cronometrado con
precisión.
El clima de la Asamblea fue parco. La ovación más grande se la llevó Cristina cuando defendió al gobierno de Venezuela y denunció un intento de golpe “suave”. Otra ovación se la llevó cuando defendió la concertación que había creado su esposo, Néstor Kirchner, al resaltar la figura del radical K Gerardo Zamora, que fue consagrado como presidente provisional del Senado