Supieron ser enemigos íntimos y públicos. Sus seguidores se cansaron de pelearse. Desecharon competir juntos, estuvieron a punto de ir a internas y aún sueñan con suceder a Mauricio Macri en 2015. Sin embargo, en un año electoral que será clave para las aspiraciones del PRO, sus dos figuras más importantes en la Ciudad se reconciliaron y hasta planifican la campaña que podría llevar al macrismo a su primera banca en el Senado.
Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta parecen haber dejado atrás sus viejas diferencias y, a dos meses de las primarias, decidieron comenzar a trabajar juntos para diseñar las estrategias proselitistas.
Es que ella será la candidata del PRO al Senado; él, aunque seguirá en su cargo como jefe de Gabinete, es quien domina el territorio y la gestión. Pero, si bien Macri había pensado en que ambos fueran a una interna, Larreta decidió no competir y, a partir de allí, su relación con Michetti cambió.
El vínculo entre ambos venía mejorando en los últimos tiempos: empezaron a hablar por temas de gestión, incluso hubo un encuentro reservado en la casa de ella la semana pasada. “Coincidieron en muchas cosas: en que había que derrotar al Gobierno nacional y en que era fundamental para ayudar a que Mauricio fuera presidente en 2015 hacer una muy buena elección este año”, relató a PERFIL uno de los pocos macristas que supo del encuentro.
Según las fuentes, Michetti y Larreta venían mandándose mensajes de texto y hasta intercambiaron varios llamados. La mayoría vinculados a la Secretaría de Hábitat, uno de los organismos que se ocupan de las villas de la Ciudad, cuya titular es Marina Klemensewicz, íntima amiga de la diputada. Justamente hace veinte días los dos posaron en una foto plantando arbolitos con vecinos de Villa Soldati.
En el encuentro que mantuvieron también hablaron de la gestión, en especial teniendo en cuenta que entre julio y noviembre el Gobierno porteño tiene en agenda un plan de inauguraciones, desde el Metrobús hasta el fin de las obras de peatonalización del Microcentro, en las que Michetti, como candidata, será parte. “Gabriela puede ser una muy buena candidata del PRO”, ya había expresado Larreta a mitad de mayo.
Mensajes de texto y encuentro privado
Después de intercambiar varios mensajes de texto vinculados a la gestión, se juntaron en secreto Larreta y Michetti.
En la cuadra de ella, Pasco al 1500, en Balvanera, los vecinos se sorprendieron cuando vieron llegar un auto oficial, del que bajó el jefe de Gabinete. Fue una de las pocas veces, salvo en algún cumpleaños, que Larreta pisa la alfombra del comedor de Michetti. La charla duró cerca de una hora. Se habló de política, de gestión y de cómo apuntalar la candidatura a senadora de ella. También hablaron del proyecto presidencial de Macri.
Pero no sólo eso, ella le habría ofrecido que fuera su jefe de campaña. Larreta ocupó ese rol en todas las elecciones porteñas del macrismo. No le fue mal: desde 2005, el PRO siempre tuvo buena performance electoral en la Ciudad. La que arrojó peor resultado fue, justamente, cuando su entonces rival política fue candidata a diputada en 2009. En esa campaña, algunos sectores del macrismo acusaron a Larreta de no inmiscuirse.