POLITICA
REVISTA FORTUNA

Un año de Cristina Kirchner: la gestión del anuncio

Crisis propias y ajenas marcaron el ritmo de una catarata de fuertes anuncios que nunca se cumplieron. Cuáles fueron y qué paso con ellos.

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| DyN

El año 2008 fue sin duda atípico, con muchas idas y vueltas, con anuncios, lanzamiento de planes, duros cruces internos, inéditas peleas con el sector productivo, y una crisis internacional sin precedentes en los últimos 50 años.

En medio de todo este cóctel, el primer año de gestión de Cristina Fernández de Kirchner no fue precisamente, “un lecho de rosas”, y se presentó mucho más complicado que lo que calculaban los principales protagonistas de la gestión K.

Ahora, Cristina se embarcó en una carrera por ganarle con anuncios a la recesión por lo que, desde que el Congreso le otorgó la aprobación para quedarse con los fondos de las AFJP, en cuestión de días anunció un plan de obras públicas por $ 70.000 millones; un paquete de contingencia por $ 13.200 millones y estímulos varios para comprar autos, electrodomésticos y viajar en las vacaciones de verano. Hasta una canasta “básica” de Navidad a bajo costo integró uno de sus últimos discursos.

Es que cuando comenzó su gobierno, el 10 de diciembre de 2007, ningún analista pensó que la economía podía empezar a decaer como lo está haciendo desde mitad de año en adelante, como tampoco que se tomaran medidas “impensadas” para hacer frente al balance de las cuentas públicas del próximo año como el intento por aumentar las retenciones o la estatización de las AFJP. Entre ambas medidas pasaron casi nueve meses y una catarata de mega-anuncios presentados con bombos y platillos, pero planes al fin que pocas veces vieron la luz. La mayoría quedó en la foto que permite archivar y el olvido.

En cualquier caso, la ansiedad presidencial por anunciar medidas y paquetes de políticas rimbombantes estuvo mayormente asociada a la urgente necesidad de obtener fondos frescos para financiar las cuentas públicas en 2009.

■ La propia resolución 125, que aplicaba retenciones móviles para las exportaciones de granos y fueron defendidas “a morir” por el Gobierno, terminó en un proyecto de ley para convalidar la iniciativa que incluyó el primero de los anuncios grandilocuentes: la creación de un fondo especial con el dinero de las retenciones para hacer hospitales, escuelas y caminos. Fue un mero espejismo. 

■ Con menos recursos para pagar la deuda tras el fracaso de las retenciones y la caída del precio de los commodities, en septiembre, cuando el riesgo país de la Argentina trepó por encima de los 600 puntos básicos, se resolvió lanzar una jugada que duró literalmente apenas unos días. Con gran pompa, la Presidenta anunció la cancelación de la deuda con el Club de París, grupo acreedor al cual la Argentina le debe cerca de u$s 7.000 millones. A los pocos días, crisis y papelón internacional de por medio, la idea quedó en el cajón de algún funcionario, probablemente del secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino.

■ La crisis financiera internacional y el derrape con el Club de París no impidieron, sin embargo, que el Gobierno diera un paso más en su intención de obtener fondos del mercado y anunciara una nueva propuesta de canje para los holdouts que no ingresaron al canje de deuda en default de 2005 que hubiera permitido el ingreso de nuevos capitales en el país. La iniciativa, finalmente, nunca se concretó, con lo cual, se puede decir que la Argentina continúa en default con países, con inversores particulares y encima ahora con una crisis internacional sin precedentes desde 1930.

■ Entre los anuncios “menores” si se quiere de aquellos días se cuenta la creación de la moneda del Mercosur para el intercambio comercial entre Brasil y la Argentina. Pese a lo “inminente” de su implementación, todavía nadie cerró una operación en esa moneda, claro está, en estadio aún de prototipo.


■ Con el mismo status se puede definir la situación del Banco del Sur, a ser creado de forma conjunta por la Argentina, Venezuela

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