El director teatral Carlos Rivas expresó su "tristeza y dolor" por actitudes de la titular Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en apoyo a la designación del jefe del Ejército, César Milani, o a la reforma judicial y, como personalidad pública, dijo no querer "ser parte de la campaña electoral del Gobierno nacional".
"Ayer vi un cartel de la campaña política del Gobierno: 'En la vida hay que elegir'. Por debajo del afiche creí ver chorrear el pegamento del autoritarismo'", advirtió el también actor y escenográfo en una extensa carta que hoy publica el diario La Nación.
En la nota, Rivas manifestó su "tristeza, congoja, desazón y un profundo dolor" por el acompañamiento de Carlotto a diversas medidas del Gobierno que, según interpretó, contradicen la declamada defensa de la Casa Rosada de los derechos humanos y justificó la razón de haberse negado a leer -días atrás y al final de una obra que dirige- una carta en respaldo de una nueva edición del Teatro por la Identidad.
Bajo el título "El profundo dolor y la tristeza de un artista (casi) libre", el director de la obra "Love, Love, Love", actualmente en cartel, repasó su "admiración" por "la lucha de la Madres de Plaza de Mayo en los 'años de plomo'". "Admiro la lucha de las Abuelas y la altísima dignidad con la que buscan a sus nietos. Admiré (y quisiera que ella me permitiera seguir haciéndolo) a la señora Estela de Carlotto (...)", deslizó.
El esposo de la actriz Gabriela Toscano añadió: "Hace unos días me piden que se lea al público una carta apoyando la nueva edición del ciclo Teatro por la Identidad al finalizar la función de nuestra obra, como es costumbre en todos los teatros de Buenos Aires. Decenas de veces lo hicimos en otros espectáculos y yo mismo, en persona, fui el encargado de leerlo alguna vez. Siempre lo hice muy entusiasmado, como un acto que me obligaba moralmente y a la vez me enaltecía". "Pero esta vez, con enorme dolor, no pude, Estela. La encrucijada moral en la que usted y su organización me encerraron no me dio alternativa. De ahí el motivo de esto que hoy me siento compelido a expresarle", acotó, dirigiéndose a la dirigente de Abuelas.
Rivas prosiguió: "Al llegar al teatro donde se representa nuestra obra con la intención de leer vuestra carta, me encontré en la puerta misma de nuestra sala (dentro del teatro, no en la calle) con un grupo de legítimos adherentes de Abuelas repartiendo al público que se retiraba el periódico oficial de su organización".
"En la primera plana estaba una gran foto suya junto a la señora Gils Carbó, apoyando la exótica y tendenciosamente bautizada 'democratización de la Justicia'. Había también otros titulares de primera plana acusando a la Corte Suprema de la Nación de atentar contra actos legítimos de gobierno, por el solo hecho de cumplir con las funciones a las que la Constitución (con la que este gobierno fue elegido) la obliga", señaló.
El director insistió en expresar su malestar: "En mi barrio no estaba bien visto ir corriendo los arcos en medio de un partido. Imposible para mi conciencia ética ser cómplice de semejante autoritarismo encubierto, contra el que traté de luchar durante toda mi vida. Con la carta de Teatro por la Identidad en la mano, a punto de leerla, me sentí violentado ideológicamente. Víctima de una encerrona fáctica que pretendía obligarme a convertirme en Drácula si la leía o en Frankenstein si no lo hacía".
"Pero aun había agravantes éticos más repugnantes a mi conciencia. Esto ocurría el día en que la presidenta de la República pretendía que se aprobara el pliego del general Milani, mientras una madre de desaparecidos de La Rioja lo acusaba de responsabilidad en la desaparición de su hijo conscripto", indicó. Rivas hizo hincapié en un detalle: "Todo esto, además, estando en plena campaña electoral".
"¿Cómo no leer al público la carta que apoya el noble objetivo de ayudar a la recuperación de hijos de desaparecidos? ¿Cómo leerla sin estar implícitamente apoyando acciones netamente partidizadas por una organización que (a mi juicio) jamás debió abandonar su misión de reclamar desde ese lugar de dignidad ética, que no es propiedad de ningún gobierno, cualquiera sea su signo político?", inquirió.
Y justificó: "Decidí no leerla: no quiero ser parte obligada de la campaña electoral del gobierno nacional. (...) Por primera vez una compañía en la que yo participo no adhirió a lo que siempre habíamos adherido con el corazón".
La respuesta de Estela de Carlotto. "Nos hubiese gustado que nos venga a tocar el timbre y viniera hablar con nosotros y le daríamos las explicaciones de la política de defensa de los derechos humanos que hacemos", respondió Carlotto, en una entrevista con Radio Continental. "La ira que tiene este hombre, se habrá creído que soy la Virgen María y soy Estela de Carlotto, una luchadora", afirmó al criticar la carta pública del director teatral.