Lázaro Báez tuvo ayer un nuevo revés en la causa en la que se lo investiga por supuesto lavado de dinero. El empresario Carlos Juan Molinari desmintió ante el juez federal Sebastián Casanello la nueva versión que Leonardo Fariña presentó ante el magistrado para desligar a Báez en la compra de un campo en Mendoza.
La semana pasada, Fariña había acomodado una nueva declaración a la medida de Báez al afirmar que no compró las tierras por pedido del santacruceño sino como representante de Molinari.
Ayer, el empresario señalado lo refutó. Según su declaración ante el juez, él y Fariña se conocieron a fines de diciembre de 2010, después del 20 y en los días previos a Navidad. Su versión es sostenida por el testimonio del abogado que los presentó en un bar a pedido de Fariña. Se trata de Leonardo Brizuela, un letrado de La Plata.
El campo de Mendoza, según consta en el expediente judicial, se terminó de escriturar el 16 de diciembre de 2010. Sería entonces días antes de que Fariña y Molinari se cruzaran por primera vez.Molinari, inversor inmobiliario en Buenos Aires y Miami, sostuvo también que no pisa Mendoza desde 2002. El juez pidió información sobre vuelos privados de Báez y su hijo Martín a esa provincia.
La operación financiera alrededor de la estancia El Carrizalejo, en Tupungato, está en la mira judicial como una supuesta maniobra de lavado de dinero, ya que fue ejecutada por Fariña en nombre de un tercero, cuya identidad se desconoce. El campo fue comprado en unos US$ 5 millones, pero Fariña lo vendió más tarde al empresario Roberto Erusalimsky por sólo US$ 1,8 millón. Esta operatoria es sólo un capítulo de la causa por lavado contra Báez.
Un día antes de que el dueño de Austral Construcciones se presentara a declarar ante Casanello, Fariña dijo que Molinari era el verdadero dueño del campo por el que se iba a indagar a Lázaro. Aseguró que lo compró a comisión con dinero de Molinari pero no lo escrituró a su nombre porque el empresario tenía problemas fiscales. Para echar por tierra la última carta de Fariña, Molinari presentó un escrito ayer a través de sus abogados Jorge Anzorreguy (hijo) y Roxana Gabriela Piña. El empresario inmobiliario ya está procesado en la causa. Fue jefe de Fariña y habría pagado su fiesta de casamiento con la modelo Karina Jelinek. Molinari asegura que no puede ser el dueño de esa estancia porque la operación se concretó el 16 de diciembre de 2010 y para entonces no conocía a Fariña, pero recuerda que el “valijero” ya había trabajado para Lázaro en la conformación de un fideicomiso para Austral Construcciones.