Rubén José Curdi asegura haber sido el hombre que manejó la mesa de dinero –prohibida desde 1994– que el titular de Lotería de la Provincia de Buenos Aires, Luis Peluso, formó en 1999, en el casino flotante La Estrella de la Fortuna.
Por primera vez y en exclusiva reveló a PERFIL cómo el funcionario de Scioli habría lucrado, en sociedad con Miguel Angel Egea, un hombre acusado de integrar empresas de represores de la ESMA montadas con los bienes de desaparecidos. Habrían prestado 14 millones de dólares en seis meses, sin declarar al Estado. Curdi relata cómo funciona el negocio del juego millonario y cómo Peluso se inició en el mundo de las apuestas, el mismo que actualmente debería controlar.
—¿Cómo conoció a Peluso?
—(El empresario del juego Oscar) Data Robinson me llevó a trabajar al barco Casino Buenos Aires, donde integraba una sociedad de hecho con él. El trato era que Robinson ponía los clientes y el resto de los socios, Peluso, Miguel Angel Egea, Lito Fernández e Isaías Vodolarsky, ponía el capital. El 6 de diciembre de 1999 se empezó a trabajar, cuando Lito Fernández trajo el capital inicial.
—¿A qué se dedicaba la sociedad y dónde operaba?
—Operaba adentro del barco, en el casino Estrella de la Fortuna. Les prestábamos dinero a los jugadores fuertes para apostar.
—Peluso negó en un juicio laboral que haya sido su empleado...
—Yo trabajaba a la vista de Lotería y del Casino como empleado de ellos. Es muy fácil de comprobar. A toda persona que ingresa al barco, el casino la filma y vigila todos sus movimientos. Sabe cuánto apostó, cuánto ganó y perdió, si va al baño y qué tomó. Estamos en las filmaciones de la sala VIP. Funcionarios de Lotería Nacional me preguntaban a mí quiénes eran los jugadores fuertes para hacer relaciones públicas.
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