La situación judicial de Guido Forcieri, exjefe de Gabinete de Amado Boudou en el Ministerio de Economía, puso a la causa Ciccone en una situación en la que el juez federal Ariel Lijo analiza algunos escenarios para resolver cómo continúa.
Uno de ellos es esperar las respuestas a los oficios que cursó hoy al Banco Mundial y al Ministerio de Economía para saber si son ciertas todas las funciones que Forcieri alegó tener en el organismo internacional y que le impiden declarar en Buenos Aires antes del 11 de agosto.
Con esas respuestas el juez decidirá cómo continúa la causa para Forcieri, explicaron a DyN fuentes judiciales.
En caso de que sean contestaciones negativas sobre sus funciones, se podría activar el pedido de detención de Forcieri por inconducta procesal, por falsear información en una causa judicial, advirtieron las fuentes.
Lijo le había advertido a Forcieri que si no se presentaba lo iba a detener con la fuerza pública, pero el magistrado desistió de esa idea por el escándalo político que significaría y porque el trámite de extradición desde los Estados Unidos duraría mucho tiempo.
Pero si el Ministerio de Economía, y sobre el todo el Banco Mundial, confirman las actividades de Forcieri, Lijo deberá pensar cómo define la indagatoria.
Lo que sí está descartado es que la indagatoria sea mediante una videoconferencia -el Código Procesal Penal de la Nación no lo permite- o que el juez viaje a los Estados Unidos para hacerla allí.
Pero la situación del funcionario del Banco Mundial arrastra al resto de los acusados, de los cuales el principal es el vicepresidente Boudou.
En una causa judicial siempre se espera indagar a todos los acusados para resolver la situación procesal en conjunto, pero en este expediente eso implicaría tener indefinido el estado de Boudou.
Una opción podría ser resolver la situación de todos los acusados sin indagar a Forcieri y esto hacerlo más adelante.
El Código Procesal no impide esa posibilidad y en la Justicia está entre las opciones, pero la decisión no está tomada.
Lo paradójico es que Boudou quería adelantar su indagatoria cuanto antes -y lo logró- y resulta ser Forcieri, un hombre muy allegado al vicepresidente, quien termina demorando la finalización de las declaraciones.