“Vamos a tener que bajar la cabeza, ser humildes y tragarnos esta. Esto le agrega más crisis a un peronismo groggy”, lanzó Sergio Massa en la intimidad cuando el escándalo que involucra a Alberto Fernández ya había ocupado toda la escena pública. El excandidato a presidente se preparaba para reaparecer y discutir sobre la crisis económica y social de Javier Milei pero, otra vez, no pudo ser. El tigrense cree que aún hay mucho más por conocerse alrededor de cómo se movía en la intimidad el exjefe de Estado y que la tarea de reconstrucción será “ardua”. “Y no sé quién la va a asumir”, advierte al repetir que él está para acompañar.
El martes, cuando se conoció que Fabiola Yañez había decidido denunciar al expresidente por violencia física, Cristina Kirchner estaba reunida con Clara Brugada, jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México. Había dejado su celular por algunas horas en la cartera, pero los de quienes la acompañaron se empezaron a activar. No bien terminó de hacer las fotos de la visita y antes de ver los mensajes entre los que le recomendaban seguir ocupándose de los vínculos internacionales para no volver a un país conmocionado, su equipo le avisó la novedad. Venía viendo a través de los medios lo que sucedía y en las horas previas había autorizado a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, a apuntar contra Alberto Fernández. Pero eso solo ya no alcanzaba.
Hay dirigentes que en estos meses vienen describiendo a un peronismo mucho más que desconcertado de lo que aún no encuentran salida. Pero lejos de poder coordinar acciones conjuntas desde la derrota electoral, los principales dirigentes de Unión por la Patria apenas lanzaron movimientos individuales.
El Frente Renovador, que responde a Massa, fue el primero en lanzar un comunicado asegurando que no se tolerará la violencia de género, sin importar “quién sea el agresor ni el cargo que ocupe”. Después llegó el repudio de un grupo de diputados de Unión por la Patria, con Mónica Macha a la cabeza y, ya con las imágenes de Fabiola Yañez golpeada, llegó la voz de la exvicepresidenta.
“Están todos viendo cómo se mueven desde lo individual, pero con muy poca capacidad de articular una respuesta conjunta, debatida y pensada hacia adelante”, admite un importante dirigente del PJ bonaerense. Esto no solo se vio en la reacción a la denuncia contra Alberto Fernández, sino también en temas como las elecciones en Venezuela y hasta en el propio posicionamiento que deben tener contra el gobierno de Javier Milei.
Entre quienes buscan una salida a la crisis hay quienes dicen que este escándalo debe obligar al sector a posicionarse de una manera mucho más dura y sin matices a la que se venía mostrando hasta ahora. “Esto nos fuerza a salir y a tener que acelerar la refundación del partido”, dice, aunque reconoce que los próximos meses, con una economía que dejaría expuesta la falta de respuesta de la gestión de Milei, serían claves para un posicionamiento opositor. Ahora deberán correr detrás de la agenda judicial que involucra al expresidente.
En el peronismo evalúan que no solo las imágenes de Fabiola que muestran el horror vivido en la quinta de Olivos dañan al peronismo. Videos como los de Tamara Pettinato y otros que se pueden llegar a conocer en las próximas semanas hacen aún más daño que cualquier causa de corrupción. “La corrupción influye si aparece gente contando plata, acá las fotos y los videos son final”. Algunos se imaginan lo que puede seguir y otros ni siquiera se animan a pensarlo.