Habrá que esperar 35 días para saber quien será el próximo presidente del Uruguay (2010-2015): si el exguerrillero Tupamaro José “Pepe“ Mujica Cordano (74), candidato de la coalición de izquierdas gobernante, Frente Amplio (FA), o el ex presidente (1990-1995) Luis Alberto Lacalle Herrera (68), liberal, de centro, del Partido Nacional (Blanco). Ambos tendrán que disputar una segunda vuelta para conseguir la presidencia, el próximo domingo 29 de noviembre.
Mas de 2 millones 300 mil uruguayos, el 89% de los habilitados, votaron este domingo pasado en forma dividida. Un 47,5 votó a Mujica ( 1.093.869 votos), mientras los partidos históricos, Blanco y Colorado, en la oposición, consiguieron un 29, 5% y l6,7% respectivamente ( l,041.239 sufragios en conjunto). El Partido Independiente ( de centro izquierda no frentista )obtuvo un 2,4% (56.156 votos) que pasa a ser clave para el balotaje. Importan, incluso los 15.166 votos (0,7%) que lograron los radicales de izquierda de Asamblea Popular (AP). Pedro Bordaberry, el candidato colorado, ya anunció que en la segunda vuelta votará a Lacalle y en igual sentido lo hizo el dos veces presidente colorado Julio María Sanguinetti . Los votantes del PI , según sus lideres, quedan en libertad para elegir en el balotaje, en tanto AP había anunciado que pedirá a sus seguidores que en tal instancia anulen su voto.
Los números fríos hablan de un claro triunfo de la izquierda. Sin embargo la noche del domingo 25, conocidos los resultados primarios, todos, frenteamplistas, blancos y colorados, festejaron como triunfadores. Los blancos porque su candidato, Lacalle, disputara la segunda vuelta por la presidencia. Los colorados, el partido que por mas años ha gobernado al Uruguay, porque crecieron casi un 80% respecto a las elecciones del 2004, en que cayeron al 10,4%, el menor nivel de votos conseguidos en toda su historia. Todos contentos, aunque no tanto los del Frente. Esto no se justificaría: Mujica obtuvo el 47,5% de los votos, una cifra nada despreciable si se tiene en cuenta que las presidentas de Chile, Michelle Bachelet y de Argentina ,Cristina Kirchner, ganaron con un 44,4% y 46% respectivamente y que Lugo en Paraguay fue electo con el 40,83% , Ortega en Nicaragua con el 37,99% y Calderón en Mexico con el 35,89%. Sin embargo hay otros datos que lo explican; para empezar hubo un cambio de tendencia y por primera vez el electorado de izquierda decreció.
Esta vez el FA bajo tres puntos con respecto a las elecciones del 2004, en las cuales el actual presidente , el medico- oncólogo Trabaré Vázquez, se alzó con el triunfo con el 50,45% de los votos, llevando a la izquierda al gobierno por primera vez y sin necesidad de ir a un balotaje. Por otra parte en aquella oportunidad el FA obtuvo mayoría absoluta en ambas cámaras y esto recién en una semana ( las cifras son muy ajustadas) se sabrá si se repite , pero desde ya se descuenta que perderá por lo menos dos diputados y un senador. Conseguir la mayoría parlamentaria es para la izquierda un elemento clave para decidir a su favor a votantes indecisos e independientes. Pero además, se dio otro hecho negativo para el FA y fue que la mayoría de los electores uruguayos no aprobó dos propuestas constitucionales de la izquierda , una para anular la ley de Caducidad (47,35% a favor) , que de hecho anmistió a militares que cometieron delitos contra los DDHH durante la dictadura y otra creando el voto por correo para los uruguayos que viven fuera del país (36,93%).
Mujica está muy cerca para el balotaje ( solo le falta un 2,5%), pero el electorado esta parejamente dividido y esto normalmente se acentúa con la polarización que siempre implica una segunda vuelta electoral . De todas formas, lo que decidan los uruguayos, se confía que lo harán con total normalidad, sin ningún tipo de incidentes ni de denuncias raras, tal cual ocurrió en esta primera instancia del este último domingo de octubre.
(*) Especial para Perfil.com