POLITICA
negociacion final

Vidal pelea por los cargos de la oposición para mantener su liderazgo en la Provincia

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María Eugenia Vidal está decidida a hacer valer su 38% y su nuevo rol de líder de la oposición en la Provincia de Buenos Aires. Mientras termina de dejar el poder –hace diez días abandonó las oficinas de Retiro, sobre Avenida del Libertador, y ya quitó gran parte de las fotos y los regalos personales que exhibía en La Plata–, en estas últimas horas se encargó de negociar con el gobernador entrante, Axel Kicillof, los lugares que tendrán sus colaboradores en la Provincia.

La pelea arrancó dura: el vidalismo reclama la vicepresidencia de la Cámara de Diputados bonaerense, donde hubo firma compartida en los últimos años con la oposición peronista, en especial con el massismo.

Sin embargo, en la primera reunión que tuvo el jefe de Gabinete, Federico Salvai, con los jefes de los bloques (el diputado provincial Maximiliano Abad y el senador provincial Roberto Costa) no hubo acuerdo, ya que Kicillof pretende quedarse con ambos cargos. Se trata de un tema central para la política local: todos los actos administrativos requieren dos firmas. A raíz de ello, en el vidalismo aseguran que harán valer su primera minoría en el Senado provincial, que, a diferencia de Diputados, donde apenas superan el tercio, es la llave para incluso sesionar.

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Trabada la negociación, Vidal le encomendó al grupo de intendentes encabezados por Néstor Grindetti (Lanús), Jorge Macri (Vicente López), Julio Garro (La Plata) y Héctor Gay (Bahía Blanca), entre otros, que acercara un nombre de consenso. El diputado Adrián Urreli, del riñón de Grindetti, fue el elegido. En el camino quedaron las aspiraciones de Santiago Nardelli, de Bahía Blanca, y de Fernando Rovello, del Tano Angelici. Sin embargo, las negociaciones seguían al cierre de esta edición. Un sector del vidalismo aseguraba que podían acordar con el PJ sin necesidad de ese cargo estratégico.

Mientras tanto, Vidal espera colocar directores en el Banco Provincia, en las empresas públicas y el nuevo titular de la Defensoría del Pueblo, entre otros cargos que históricamente son para la oposición. De estos cargos y la masa de diputados y senadores provinciales, sumados a los 61 intendentes que conforman el núcleo duro territorial, la gobernadora saliente espera retener un poder residual que le permita sostener la unidad de la oposición.

Por ello, tanto Salvai como Cristian Ritondo y la mayoría de los intendentes trabajan en que no haya fugas, en especial en la Cámara baja. El escándalo con los tres diputados nacionales fue una señal. Pero hay legisladores que quedaron muy enojados con el cierre de listas, donde ex parejas de ministros bonaerenses y jóvenes inexpertos se mezclaron con dirigentes territoriales con trayectoria.