Salían hasta de los baúles. Los agentes del Servicio Secreto, encargados de velar por la seguridad Barack Obama tardaron tan sólo segundos en salir de los vehículos que escoltaban a La Bestia, el automóvil oficial del presidente de los Estados Unidos.
El Cadillac one llegó acompañado por un auto gemelo, indistinguible a simple vista, tras recorrer los 7 kilómetros que separan la Rosada del Palacio Boch por avenidas completamente desiertas.
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Tras él, una decena de vehículos, repletos de agentes de seguridad, se apresuran a escoltar a Obama en su arribo a la Casa de Gobierno, donde fue recibido por el presidente de la Nación, Mauricio Macri.