El 1º de octubre, el candidato a presidente, Daniel Scioli, inauguraba una comisaría en el partido de Ezeiza junto al histórico referente local, Alejandro Granados, actual ministro de seguridad provincial. Días atrás, Sabrina Amarilla había enterrado a su pequeño hijo Joaquín de 10 meses.
A pesar de las amenazas que recibió su pareja de que no difundiese lo sucedido en el hospital público de Ezeiza, la madre juró luchar por justicia y que su caso no se repita. Cuando se enteró de que el ex diputado nacional del menemismo estaría presente en su ciudad, se introdujo entre la militancia y le gritó al gobernador su verdad. “Me mataron a mi hijo”, asegura un mes después a Perfil.com. Esa tarde, Scioli hablaba de la “esperanza para los chicos en un municipio como Ezeiza” y de la “cultura del esfuerzo, la cultura de la vida” cuando sus seguidores sacaron del acto, en medio de empujones e insultos, a una madre que había perdido a un hijo.
23 días internado: De la gripe a la muerte
Alguien registró con un celular lo que pasó en ese acto en el que Scioli. El gobernador siguió hablando como si nada, mientras Sabrina Amarilla gritaba y lloraba. La grabación duró menos de un minuto pues alguien ordenó al espectador de la triste escena apagar su celular. El video se viralizó en las redes sociales.
Granados le prometió a la madre que buscaría conocer qué pasó en el hospital público de Ezeiza. “Joaquín ingresó el 6 de agosto al hospital de alta complejidad de Ezeiza con una bronquiolitis”, explica ella a Perfil.com mientras muestra fotos, videos y la historia clínica de su difunto hijo. “Le hicieron placas para ver cómo estaba, me dicen que era normal, le pregunté si podía estar incubando varicela y los médicos me respondieron que lo iban a aislar. Lo dejaron 4 días y medio solo conmigo, con oxígeno, le daban corticoide mientras otra médica me dijo que le tenía que hacer estudios de sangre y orina”. El relato de Sabrina es escalofriante: “Después me dijeron que tenía una infección y que tenía bajos los glóbulos blancos, que tenía todo el pulmón derecho tomado, me informan que le harían un espirado de moco. Así estuvo 23 días internado y nunca me dijeron qué virus se agarró. Hablaron de una influenza B”.
El niño murió 23 días después en el hospital pediátrico de La Plata, “Sor María Ludovica”. Sabrina dice que los médicos “no se hicieron cargo de nada, él estaba bien durante la internación y jugaba, se reía”. Pero “como estúpida dejé que la jefa de planta, Mariela Robles, lo medique por una foto que le saqué a mi hijo. Los directivos no daban la cara y cuando fui a reclamar para saber por qué me mintieron, no sabían qué explicarme”. En La Plata, explica la mujer, “me dijeron que le agarró una hepatitis química por tantos remedios que le dieron, el día que le mostré una foto a la doctora de Ezeiza, empezó a vomitar verde (sic) por el fluconazol que le metieron”. El domingo 4 de octubre, Joaquín, hubiese cumplido su primer año.
El escrache a Scioli
Sabrina no se quedó callada y cle gritó su verdad al candidato a Presidente del Frente para la Victoria. Ese 1 de octubre, Scioli sonreía ante la militancia mientras una madre lloraba. “Scioli dice que es un hospital de alta complejidad –se quiebra la mujer- pero tuvieron que trasladar a mi hijo a un hospital de La Plata que se cae a pedazos pero que tiene la mejor atención. Allí me dijeron que Joaquín estaba muy grave. Hasta ellos no podían creer, se fue de Ezeiza con el hígado sangrado”.
“No pude hablar con Scioli pero fui al acto a verlo a él porque habla siempre de la salud. El domingo, que todos van a votar, tienen que saber cómo es vivir acá”. Sabrina denuncia que la historia clínica de su hijo no señala cómo murió exactamente y recuerda que agonizó por las pinchaduras de los enfermeros: “Me arrepiento, siempre lo haré, en confiar en los pediatras. Joaquín entró riéndose, estaba empezando a caminar, ya se paraba, era hermoso mi bebé, los hermanos lo llamaban por teléfono y él les gritaba, se reía”. El alta nunca llegó. Los remedios lo llevaron a la muerte. “Es mentira que haya tenido una varicela hemorrágica pero no tenía ni marcas” sentencia la madre que “pido que se haga justicia”.
“Les pido a los políticos que den la cara, que recorramos los hospitales, que no mientan, no están dando nada. Si quieren que los voten, hagan las cosas bien. Mi hijo terminó en la sala de adultos”.
“El periodismo no me dio bola, solo ustedes se interesaron en saber qué pasó con Joaquín, no es política, quiero saber qué pasó con mi hijo –asegura la mujer en un video a Perfil.com grabado a cuadras de su barrio alejado de Ezeiza.
Registrar la entrevista en el partido de Ezeiza fue una odisea, la policía se acercaba a saber de qué estábamos hablando. “A mi hijo me lo mataron” concluye Sabrina Amarilla quien se pregunta: “¿Cómo puede ser que lo medicaron por una foto? Mi hijo sufrió demasiado, lo pincharon durante horas, no le importó la vida de Joaquín ni a los médicos ni a los políticos”. La investigación por lo ocurrido en el hospital provincial, cayó en la fiscalía Nº1 de Ezeiza.
“Antes de votar, miren los hospitales”, pide la mujer a las personas que leerán esta nota.
(*) Especial para Perfil.com. Twitter: @luisgasulla