“La guerra, por su naturaleza, es un fenómeno cruel”, asegura el dictador Jorge Rafael Videla en una entrevista concedida al periodista Ceferino Reato para su libro Disposición Final, que editó Sudamericana. “Una guerra interna entre hermanos es doblemente cruel”, continúa.
Pero a veces las sociedades deben enfrentar precios a pagar en función y en virtud de objetivos superiores. En este caso yo le puedo decir que esta guerra, dentro del marco de crueldad que la caracterizó, fue el precio que lamentablemente la Nación argentina hubo de pagar para seguir siendo la República”, asegura el militar condenado por crímenes de lesa humanidad.
Videla, detenido en Campo de Mayo, señala sobre los asesinatos en la última dictadura: “Esto es una cosa que está en la sociedad, que está instalada en la sociedad, como un cargo que debemos a la sociedad” y opina que “en toda guerra hay un saldo de lisiados, muertos y desaparecidos cuyo paradero se desconoce”.
Cuando quiere justificar la represión ilegal que emprendió en 1976, Videla sostiene que “el Proceso nace con un objetivo clarísimo: poner orden frente al desorden generalizado. En mi opinión, a mediados del ‘78, ese orden estaba logrado en plenitud: en todos los campos, político, económico, social, había orden”. Y apunta que “en algunos más, en algunos menos, pero estábamos en una situación de orden. Es decir que habíamos cumplido. El Proceso había cumplido con su promesa”.
Al mismo tiempo, se refiere al Plan Sistemático de robos de bebés y desaparición de personas: “(...) mantener en el tiempo la figura del desaparecido, como una cosa así...turbía, que no se ha penetrado, que oculta cosas detrás, como si fuera un enmascaramiento...bue...en ese grupo, salió, ya no como error, sino que es la cosa que dejamos a toda costa dejar presente, que el problema de la sustracción de menores es una falacia en su más amplía...Ehhh...el Plan Sistemático, significaría una orden para robar bebés, para entregarlos, para venderlos, no sé...”