POLITICA
tras el ataque al gobernador bonfatti

Ya hay diez policías detenidos por el narcoescándalo

Hay uniformados acusados de entregar información y armas al violento grupo conocido como Los Monos. La ex mujer de un policía narra las complicidades entre los jefes de la fuerza y las bandas que trafican droga.

Operativo. Los detenidos fueron indagados y acusados de la autoría material del atentado.
| Cedoc Perfil

Desde Rosario
Nuevas detenciones corroboran el entramado delictivo entre policías y narcotraficantes que puede haber sido el responsable del intento de magnicidio contra el gobernador Antonio Bonfatti ocurrido el 11 de octubre. El comisario Germán Herrera, quien estaba al frente de la división Sustracción Automotores de la Unidad Regional II de la policía santafesina, quedó detenido por orden del juez Juan Carlos Vienna, que investiga a la banda narco Los Monos. Herrera es el décimo policía preso que da cuenta de una verdadera mafia narcopolicial en la provincia.
Los policías presos están acusados de integrar una asociación ilícita debido a pericias que indican que le suministraban información y armas a la familia Cantero, núcleo de la banda de Los Monos. El grupo se llama así en honor al patriarca que inició al clan en el negocio de la cocaína en los 90, apodado Mono Grande. La fortuna de los Cantero creció a tal punto que ostentaban mansiones y un centenar de automóviles de alta gama. Son los precursores del poder narco en Rosario, amparados por el núcleo central de la policía.
“En barrio Nuevo Alberdi están llegando muchos bunkers de los narcos de zona oeste y de zona sur, se están mudando. Hay un muerto o más por mes por peleas por el territorio de la venta de drogas. Hacen pelota a los pibes de 13 años, les pagan 300 pesos por día por vender drogas, los convierten en ‘soldaditos’. La subcomisaría de la zona no hace nada porque tiene arreglos con las bandas. Se comenta que uno de los que manejan los bunkers, al que le dicen Pimpi, estuvo en el atentado contra Bonfatti.” El testimonio corresponde a J., quien por seguridad prefirió no dar su identidad. J. recordó la historia de los Ferreyra, militantes del movimiento Evita que tuvieron que abandonar el barrio luego de declarar contra los narcos que, en una balacera, habían herido a tres militantes.
La comprobación de que la policía provincial está implicada en el delito del narcotráfico debilita la posibilidad de un atentado autónomo de los narcos, sobre todo por la logística que debió necesitar una balacera contra el gobernador.
“Yo le escribí cartas al gobernador Hermes Binner denunciando los vínculos de (el ex jefe policial, Hugo) Tognoli con el narco e igual lo ascendió, lo mismo que Bonfatti –dice Norma Castaña, presidenta de Madres Solidarias–. Mi ex marido trabajaba en Drogas Peligrosas. Hace diez años, cuando mi hijo cayó en la droga recurrí a Marcelo Gorosito, su jefe, para que me ayudara a sacar a los vendedores del barrio, pero no hizo nada. Empecé a seguir a mi hijo, a meterme en ese mundo, a ir a las villas, entonces los vendedores me terminaban diciendo: ‘Yo le pago a fulanito’, y ese ‘fulanito’ era compañero de mi marido. Le di los nombres al jefe de mi marido. La respuesta fue que sacaron a mi jefe de la división. Esto lo denuncié en 2003, cuando no gobernaban los socialistas. Pero a los socialistas se les fue de las manos”. Mientras, en Rosario se realizan movilizaciones que reclaman que acabe la violencia contra los más vulnerables, que termine la saga de muertes de niños. Que se deje a los pibes ser pibes.