Carlos Zannini, el hombre más influyente del Gobierno, declara bienes por más de 700 mil pesos. Aunque no es una fortuna, el dato más llamativo de la declaración jurada del candidato a vicepresidente del Frente para la Victoria es que mantiene una deuda con la empresa Tsuyoi SA por $ 11.200. Se trata de la concesionaria de Toyota de la Patagonia, propiedad del empresario oficialista del juego y contratista del Estado Cristóbal López.
No es la primera vez que declara una deuda con la concesionaria: en 2012 le adeudaba más de 44 mil pesos. La razón más probable quizá sea que allí haya comprado su camioneta Toyota Hilux modelo 2011. La pregunta que sobresale es qué necesidad tiene el secretario de Legal y Técnica, el custodio de la firma de Cristina Kirchner, de hacer negocios con uno de los más importantes contratistas del Estado.
Además del juego y de la concesionaria, López tiene la empresa constructora CPC, que figura en el puesto 13º de los principales contratistas de obra pública de los doce años kirchneristas. La lista la difundió el ministro de Planificación, Julio De Vido, y es pública.
Los nexos entre Cristóbal López y Carlos Zannini no se reducen a la compra de una camioneta. En 2008, el empresario del juego reconoció que le había pedido a Zannini que lo acercara a Luis Juez. Juez era entonces el intendente de la capital cordobesa. López buscó persuadirlo de abrir una licitación para instalar un casino, a instancias de Zannini.
Juez denunció que López le ofreció, en esa reunión, dinero para financiar sus campañas electorales. López lo desmintió y dijo que si hubiera sido cierto el ex intendente habría cometido un delito al no denunciarlo ante la Justicia.
Pero no es Zannini el único hombre del Gobierno que le debe a un contratista del Estado. La presidenta, Cristina Kirchner, declaró una deuda importante con Lázaro Báez, dueño de Austral Construcciones, una de las principales constructoras de la Patagonia. Báez, a su vez, fue vinculado a un negocio poco redituable a través del cual alquilaba habitaciones del hotel presidencial, Alto Calafate, a cambio de sumas importantes, aunque las habitaciones no fueran ocupadas. Eso está siendo investigado por la Justicia y era el motivo por el cual el juez Claudio Bonadío sospechaba que detrás de esa maniobra había lavado de dinero.
Los otros. Los candidatos a vicepresidente Gustavo Sáenz (Sergio Massa) y Gabriela Michetti (Mauricio Macri) también presentaron sus declaraciones juradas. Sáenz declara bienes por un total de $ 729.202 y Michetti por $ 142.656.
El compañero de fórmula de Massa tiene parte de un departamento en Salta, dos lotes en esa provincia y un departamento en la Ciudad de Buenos Aires, además de dos vehículos y cajas de ahorro en pesos. Michetti, por su parte, es la más austera. Conserva la mitad de un departamento en la Ciudad, con un valor fiscal de $ 118 mil y una caja de ahorro en moneda local. En total, sus bienes ascienden a $ 142.656.