Carlos Zannini llegó esa noche a la cena organizada por la mesa chica de la CGT oficial. La comida se hizo en territorio de UPCN, el gremio de los empleados estatales.
Hacía pocas semanas, los jefes sindicales habían tronado ante la sentencia que declaró inconstitucional uno de los pilares del modelo sindical, y seguían impacientes.
La decisión del máximo tribunal que había causado la ira sindical había sido a fines de junio. El fallo declaró la inconstitucionalidad de la representación exclusiva de los trabajadores por parte de los gremios con personería gremial. La sentencia ponía en jaque el poder de los sindicatos de la CGT y abría la puerta para que los gremios de izquierda comenzaran a actuar en igualdad de condiciones.
Era el tercer fallo de la Corte contra el modelo sindical y el que calaba más hondo: los cegetistas temían que se acabara su monopolio y su poder.
El secretario legal y técnico llegó tranquilo. Según relataron a PERFIL dirigentes de la mesa chica que estuvieron en esa cena, el funcionario llegó para calmar las aguas. Les dijo que había hablado con Ricardo Lorenzetti (presidente del tribunal) y que la Corte ya no fallaría contra el modelo sindical. Dijo también, relató uno de los cegetistas a este diario, que “la culpa” era del entonces titular de la secretaría laboral de la Corte, Rolando Gialdino, a quien la CGT vincula ideológicamente con la CTA. PERFIL intentó comunicarse con voceros de la Corte, pero no obtuvo respuesta.
A pesar de la buena noticia que traía Zannini, los sindicalistas reclamaron que el daño ya estaba hecho. Fue cuando planearon la elaboración de un decreto presidencial que frenara el impacto del último fallo.
Gialdino fue hasta septiembre el autor de los fallos relacionados con cuestiones laborales, como libertad sindical, jubilaciones, despidos y accidentes laborales. Ese mes fue obligado a jubilarse.
Hay un fallo sobre el que debe decidir la Corte, ahora sin Gialdino, y con un nuevo autor de fallos laborales, Marcelo Navarro, de mejor sintonía ideológica con Lorenzetti. Se trata del caso de Cristian Fontana, delegado gremial de Aeroparque y candidato opositor a la actual conducción de la Asociación de Personal Aeronáutico. Fontana denunció a Aerolíneas Argentina por “despido discriminatorio”.
PERFIL adelantó el domingo que la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, y cinco abogados de la CGT oficial preparan un proyecto de decreto presidencial para regular a los gremios que no están dentro de las CGT. El decreto está a la espera de la aprobación final. Los técnicos buscaron los “huecos” de los tres fallos para elaborar un decreto que ponga reglas y trabas a los gremios simplemente inscriptos que intentan competir con los gremios con personería gremial.