“Me levanté y tenía 183 mensajes de WhatsApp, fue una explosión”, expresará quien reparte su tiempo entre su programa de radio y de TV, por los cuales, como dice él, casi vive en el aire y tiene una vida cronometrada. De hecho, para poder hacer la entrevista tuvo que reestructurar su habitual rutina diseñada al estilo de relojero suizo. “Sé todo lo que tengo que hacer en el día y en qué horario, no me puedo correr. Pero para esta nota me fui antes del pase de la radio, me salteé la hora de gimnasio que hago, para irme a dormir y así poder llegar con todo”, revela Santiago del Moro, “el elegido” para entrevistar al Presidente en su única nota para TV abierta antes de las PASO.
Son las seis de la tarde del “día después”, y una vez más, interrumpe su rutina para atender a PERFIL. “Del canal me avisaron el fin de semana, me dijeron que querían que la hiciera yo a pedido de ellos o de él, nunca supe bien”, cuenta con voz enérgica.
—¿Le sorprendió?
—No, porque Intratables hace cinco años que toca temas de política y marcó una bisagra en la manera de contarla en TV. Antes estaba reducida a programas de nicho y nosotros lo hacemos de lunes a viernes durante tres horas diarias. Aunque, por otro lado, sí.
—¿Por qué lo eligieron?
—Creo que porque no tengo los vicios de la profesión, porque yo no me siento periodista. Yo soy conductor, siempre me formé para eso. Y creo que todo lo que fui haciendo me sirvió para estar donde estoy hoy. Mi profesión se convirtió en un sacerdocio para mí, me apasiona. E Intratables es un programa de alto riesgo, sin red, que se te puede ir de las manos. Y ahí hay que tener las riendas cortas y yo soy el dueño de la casa, por momentos me río, me enojo, me indigno... Paso por lo mismo que el televidente. Y creo que me eligieron por eso; porque también transmito un mensaje positivo: el de querer una Argentina mejor.
—¿Quién lo representa políticamente?
—Ninguno. Ni soy fanático de nadie, ni tengo cholulismo por nadie ni tampoco milito. Soy de los que están desilusionados de la política.
—¿Cómo lo vio a Macri?
—Con cierta impotencia, siento que tiene ganas de hacer cosas y no le salen, y siento que hay cosas con las que todavía no puede. Me parece que se ve traicionado por el círculo rojo, por la parte empresarial, que eran sus pares, y también por algunas cuestiones de la Justicia. Creo que siente que no puede avanzar en algunas promesas de campaña. Por eso se profundizó el índice de probreza... Seguiremos esperando, pero lamentablemente hay gente que no puede esperar.
—¿Siente que Macri se define por oposición al kirchnerismo?
—Le dije que gobierna por contraste. Yo fui a la entrevista con la idea de no nombrar a Cristina porque ellos sólo polarizan con los K y es un poco como el cuento de la buena pipa, estamos cansados de eso. Ya sabemos quién es quién y qué hizo.
—No dijo frases nuevas, ¿cuál cree que fue el plus?
—El lograr que muestre su costado más humano, más allá de Juliana y Antonia. Cuando al final de la nota lagrimeó, ahí mostró que un ingeniero, alguien distante o poco expresivo, tiene sensibilidad. También se dejó ver relajado y distendido. Y, por momentos, con la guardia en alto porque yo buscaba avanzar con mis preguntas. Creo que se enojó cuando le hablé sobre la espectacularización del narcotráfico. Y en todo eso mostró su costado más humano. Lo bueno es que a la gente de Cambiemos le podés preguntar y ellos contestan. Obvio que es el Presidente y que está cerrando la campaña y tiene sus frases edulcoradas.
—¿Le creyó las lágrimas?
—Creo que fue genuino. Yo de las lágrimas podría haber hecho un show porque sé hacerlo. Pero no era el momento.
—¿Preparó las preguntas?
—Nunca preparo una nota. Obvio que tenía los temas pensados. Pero lo miré a los ojos y me dejé llevar por el mundo que él me fue abriendo.
—¿Hubo restricciones?
—Ninguna, pregunté lo que quise. Y en ningún momento me quise dejar intimidar por su investidura. Yo fui como un comunicador en representación de millones de argentinos.
—¿Recibió críticas?
—Increíble, pero todas las críticas que me llegaron fueron geniales. Y eso que era un lugar muy fácil para pisar el palito y quedar mal: por faltar el respeto o por ser obsecuente. Y yo mantuve mi eje. No rosqueo, ni sueño con ser analista político. Soy conductor. Hoy de actualidad, pero puedo ser de baile o de pelota a paleta.
El reportaje en las redes. Desde 2012, la Fundación Cigob hace un Informe Interbarómetro en base a las conversaciones políticas que circulan por Internet. Y en lo referente al reportaje de Del Moro a Macri señala lo siguiente: el hashtag #MiercolesIntratable tuvo 68.094 menciones, tres veces más que lo que ese ciclo recibió el miércoles anterior. Y la frase de Macri más compartida en redes fue: “Estoy feliz de que los argentinos hayan descubierto a María Eugenia”. Con respecto a la evolución de las menciones, el pico se dio entre las 22 y las 23, en sintonía con los datos del rating. En un análisis más fino, se ve un pico entre las 22:41 y las 22:50. Si se consideran sólo los tuits únicos, el pico fue de 23:11 a 23:30; y de 22:41 a 22:50. Finalmente, la “tonalidad de la conversación” fue de un 80% a favor de Macri. Cabe destacar que la gran mayoría de los que intervinieron son simpatizantes de Cambiemos; y hubo escasa participación de tuiteros de otras opciones político partidarias.
Vidal: alta viralización. América fue el lugar elegido por Macri y Vidal para dar sus cierres televisivos antes de la veda. En rating, Macri ganó a su gobernadora: tuvo un pico de 9,4 y un promedio de 6,3. Ella, de 8 y 5,9 respectivamente. Pero aunque no hay datos en redes de la discusión de Vidal con Brancatelli seguramente se seguirá viralizando. Por ahora, los datos existentes son los que generó el reportaje de Del Moro al Presidente. Según el monitoreo de redes sociales que hizo GlobalNews Group en Twitter hubo unas 36 mil menciones y 93 mil interacciones entre el miércoles 9 y el jueves 10 de agosto. Según el relevamiento el 32% de los tuits fueron favorables, y un 21% de rechazo. Un 59% de conversaciones lo generaron las mujeres. En lo que respecta a las edades: los de 25 a 34 años activaron el 45% de los tuits; los de 18 a 24, el 35%.
