Y un día dijo basta y así como Francis Ford Coppola dio vida a una de las obras maestras del cine, es el mismo quien se hace cargo de terminarla. Con El padrino, epílogo: La muerte de Michael Corleone, el famoso director sella el adiós a la saga que filmó cuando tenía 32 años contra todos los pronósticos de éxito y confianza de los “grandes estudios”. Cuando Coppola decidió filmar El padrino, basado en el best seller de Mario Puzo, la Paramount financió esa superproducción con disputas por ciertas elecciones que él impuso: contratar para el protagónico a Al Pacino, quien por entonces no tenía el cartel que luego sí logró, y a Marlon Brando, que había caído en desgracia en Hollywood por motivos varios. Si en las escenas la película exhibía cuan violenta podía ser la mafia siciliana, fuera de ella, discusiones igual de violentas tuvo Coppola durante el rodaje con el productor Robert Evans. La historia demostró que el director tenía razón en todo: éxito de taquilla, consagración de los actores –y de Coppola–, y el cine mundial sumó una obra maestra.
Como era de esperar, Paramount quiso explotar al máximo ese éxito. Y en un plazo de dieciséis años, Coppola dirigió dos nuevas cintas con críticas divididas pero que completan una trilogía que todo amante del cine venera. Y con razón. La última se estrenó en 1990. Dos décadas después, Coppola estrena en unos días su despedida de la saga con La muerte de Michael Corleone. “Para esta versión, hice un nuevo inicio y un nuevo final, reorganicé algunas escenas, planos y pistas de música”, explicó. “Para mí esta es una conclusión más apropiada para El padrino y El padrino 2”. Con este cierre, Coppola ya sabe qué película quiere hacer, incluso le puso título Megalópolis. “Quiero darles a los niños del mundo una visión hermosa del futuro: la idea de un paraíso en la Tierra, algo que realmente creo podemos tener”. Su inspiración es una frase del dramaturgo
inglés Alfred Tennyson: “Porque me sumergí en el futuro, hasta donde el ojo humano podía ver, vi la visión del mundo y toda la maravilla que sería …”.