Fuera de los lineamientos del discurso, la vestimenta de la primera mandataria también generó –en otro plano– cierta expectativa. Nunca el detalle del uso de una camisa blanca en ella provocó tantos comentarios cuando apareció en el recordado video filmado por su hija Florencia y emitido el 18 de noviembre de 2013.
Esa ocasión era la primera que Cristina Kirchner exhibió un vestuario que no era exclusivamente de color negro. Ese hecho se entendió como el inicio del fin del luto en su vestuario, que durante los tres años que siguieron a la muerte de Néstor Kirchner fue sólo de ese color.
A partir de la emisión del mencionado video, la Presidenta comenzó a combinar algunas prendas en negro con otras de color blanco, natural, gris, bicolores e incluso alguna textura con brillo. Y ayer en la apertura de sesiones del Congreso no hubo ningún tono oscuro, eligió un diseño al cuerpo, de corte simple y realizado en jersey blanco forrado en color crudo. Aunque al cierre de esta edición no se pudo confirmar, se supone que nuevamente la mandataria confió su vestuario en la diseñadora que generalmente suele vestirla, Susana Ortiz.
PERFIL consultó a algunos diseñadores que en sus colecciones manejan estéticas diferentes para que opinaran sobre el look de la mandataria. “Me gustó mucho la línea, me pareció un vestido sobrio y el color blanco le queda genial”, expresó Claudio Cosano. “El escote me gustó porque no es muy pronunciado y me parece lo indicado para ir al Congreso. Las mangas al codo también me parecieron un acierto ya que es una señora y los brazos desnudos no quedan bien. El largo Chanel del vestido –seis centímetros por debajo de la rodilla– me pareció perfecto porque estiliza. En síntesis, el diseño marcó su figura sin apretarla. El maquillaje y el peinado fueron bien ‘Cristina’, aunque preferiría que se maquille menos. En los accesorios estuvo muy sobria. Igual, Cristina es una mujer clásica que no propone moda pero se viste elegante. Además, ha mejorado mucho con el paso del tiempo y cada vez está más femenina. Tiene una buena figura y sabe resaltarla sin extralimitarse”.
Estampa. Por su parte, Benito Fernández comentó: “La vi mucho mejor; me hizo acordar a su asunción, para la cual usó un tapadito de encaje blanco. Me gusta cómo le quedan los colores claros; la hacen más femenina. La tela que eligió es muy linda, los tules y las gasas le quedan muy bien. Pero me pareció que el forro le generaba arrugas y estaba muy corto respecto de la gasa. Igual tiene espalda y hombros chicos, por eso los sacos la arman mejor. En cuanto a los zapatos, no me parecieron la mejor elección. Con un blanco arriba yo hubiese jugado con otros colores para el calzado y no con un nude. Y si bien prefiero que use pocos accesorios, en este caso los accesorios los hubiese usado para levantar el vestido. Por otro lado, un escote sólo un poco más pronunciado hubiese resaltado más su figura, uno que no excediera el protocolo ni lo permitido por el horario y la investidura. El largo de la manga me pareció bien. Hay que recordar que son sus primeras apariciones sin el luto y de a poco se va animando a más.”
Texturas. “Vengo siguiendo su indumentaria desde hace mucho tiempo”, dice Roberto Piazza. “Al comienzo de su mandato fue colorida y brillante, quizá en exceso. No me gustaba verla llegar a la Casa Rosada con un vestido estampado de tafeta brillante en pleno día. Al fallecer Néstor, asumió el luto y con el negro tuvo grandes aciertos: ropa de buena calidad y lindo diseño. Ahora siguiendo una antigua costumbre del luto, va pasando del negro a los colores claros para luego permitirse los lilas y violetas. Y después, los demás colores. Ella eligió seguir ese protocolo formal y es muy respetable. Para mi criterio, su actual etapa es demasiado austera. El vestido fue cuasi minimalista, de un género lindo y sofisticado pero no es para uno de corte Chanel que marca levemente la figura. Ese fue el error. En cambio, el forro color piel fue muy acertado ya que tamiza la gasa y hace que no se vea tan blanca.