La carrera por la conquista del coronavirus generó dos anuncios que, en principio, son alentadores. También la gratificación de que científicos, laboratorios e inversionistas son competidores de elite en una maratón con premios varios y ganancias millonarias. A horas de que Rusia anunció la efectividad de su vacuna experimental, el tándem que formaron Pfizer y BioNTech hizo lo propio. Una brisa de aire fresco para los argentinos que toman “la vacuna” como un elemento de posición política con argumentos huecos. Si ambas funcionan, podrán elegir entre “la jeringa roja” o “la otra”.
Fuera de este cotilleo vernáculo, el caso Pfizer-BioNTech le puso “cara humana”. Esta dupla la forman un griego y un matrimonio con ADN turco. Albert Bourla, el CEO de Pfizer, tiene 59 y a los 34 dejó su Grecia natal para hacerse camino en la industria farmacéutica. Y Ugur Sahin y Özlem Türeci tienen a Turquía en su árbol familiar. Sahin tiene 55 años, es turco de nacimiento pero se crío y educó en Alemania; su mujer, Türeci, tiene 63 años, y es hija de un médico turco que emigró a Alemania. En 2008 ambos cofundaron BioNTech, la empresa de biotecnología alemana que está en alianza con Pfizer.
Una venta millonaria. Antes de eso, en 2001, Türeci y Sahin crearon Ganymed Pharmaceuticals, donde se especializaron en el desarrollo de medicamentos terapéuticos de “combate” de las células tumorales sin dañar los tejidos sanos, y en la investigación de la composición genética de tumores varios. Hasta que en 2016, hubo un giro inesperado: Astellas, una multinacional farmacéutica japonesa, pagó US$ 1.390 millones por Ganymed. Según consignó West am Sonntag, una publicación alemana, con esa venta Türeci y Sahin pasaron a la lista de los cien más ricos de Alemania. Y en la última semana avanzaron casilleros: a 24 horas del anuncio de la vacuna, BioNTech pasó a cotizar en Nasdaq US$ 25.720 millones; en 2019 cotizaba US$ 4.600 millones. Özlem y Sahin se conocieron cuando trabajaban en hospitales universitarios de Hamburgo y de Colonia. La investigación médica y luego la oncología potenciaron la relación. La historia que relataron para graficar la pasión mutua por lo que hacen es que el día de su boda, se hicieron tiempo para ir al laboratorio. Un inversionista de BioNTech, Matthias Kromayer, describió a Sahin como un tipo “por sobre todas las cosas, humilde y cálido”. Como Sahin es director ejecutivo de BioNTech, participa de las reuniones de negocios con inversionistas, y Kromayer cuenta que siempre va en jeans, mochila y el casco de la bicicleta. Esa descripción coincide con la de Matthias Theobald, ex colega de Sahin en la Universidad de Mainz: “Las apariencias significan poco para él, pero le gusta armar equipos para concretar sus ideas y objetivos, y en eso sí es ambicioso”.
Familia con historia. El caso Albert Bourla, hoy CEO de Pfizer, también tiene un inicio de desarraigo. Dado su origen griego, el medio Greek Reporter dedicó un informe donde se detalló que la familia Bourla son judíos sefardíes y llegaron a Salónica (también conocida como Tesalónica) procedentes de España hace unos seis siglos. En su origen fueron joyeros, comerciaron diamantes, joyas y relojes en los Balcanes, y construyeron dos edificios importantes en la ciudad, uno de ellos, la Mansión Marroquí. Albert Bourla es descendiente de los pocos sobrevivientes de la comunidad judía de Salónica, exterminada casi en su totalidad por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
A poco de graduarse en medicina veterinaria en la Universidad Aristóteles, trabajó como veterinario. En 1993 ingresó a Pfizer (en Grecia) como doctor en Medicina Veterinaria y director técnico de la División de Sanidad Animal. Pasó varios puestos en cuatro países hasta llegar a presidente de la División de Salud Animal de Pfizer para Europa, África y Medio Oriente, y luego Europa, África y Asia Pacífico. En 2019 se convirtió en director ejecutivo del laboratorio que hoy está en la mira del mundo por su vacuna experimental.
Polémico. En el caso de Bourla, al anuncio le sucedió otra noticia que cruza “lo ético y moral”, si es que ambos conceptos pudieran caberle al negocio farmacéutico. Según informó Reuters, el lunes 9 de noviembre Bourla vendió sus acciones de Pfizer por U$S 5,56 millones, una cifra por lejos superior a lo que hubiera conseguido días antes del anuncio. Pfizer explicó que la venta era parte de un plan de negociación preacordado con él en agosto de 2020. “La venta de estas acciones es parte de la planificación financiera personal del doctor Albert Bourla y un plan (…) que, según las reglas de la SEC, permite a los principales accionistas y personas con información privilegiada de las corporaciones que cotizan en bolsa negociar un número predeterminado de acciones en un momento predeterminado.”
Identikit
◆ Ölzem Türeci tiene 64 y su marido Ugur Sahin, 53, y son titulares del laboratorio alemán BioNTech.
◆En 2016 vendieron en US$ 1.400 millones otro laboratorio que habían fundado en 2001.
◆Türeci nació en Alemania pero su padre fue un médico turco que emigró a ese país. Sahin dejó Turquía a los 4 años y se mudó con sus padres a Alemania.
◆Albert Bourla es griego y su familia llegó a ese país hace 600 años procedente de España.
◆Su familia es judío- sefaradí y es de las pocas que, en Salónica, sobrevivió a los nazis.