Familiero y carismático. “De esos hombres–repiten en su entorno– resptuosos, que fueron criados a la antigua y aún siendo líderes, conoce a sus empleados, y los saluda por su nombre sin manejarse con intermediarios. “Si tiene algo que decirte te llama y te lo dice él”, dicen sobre Enrique Pescarmona. Esta semana, su nombre rebotó en letra de molde cuando Impsa, la emblemática empresa hidroeléctrica que lidera, comunicó que entraba en default. La firma que tiene representación en más de setenta países, evalúa la posibilidad de asociarse tanto con el Estado nacional como con otras empresas privadas.
Pero, ¿quién es este extrovertido ingeniero devenido empresario? Nació el 16 de diciembre de 1941. A los 24 años, se graduó de ingeniero electromecánico en la Universidad de Cuyo. En 1967 se incorporó a la dirección de Industrias Metalúrgicas Pescarmona SA (Impsa) y dos años más tarde, se radicó definitivamente en Buenos Aires.
Sin dudas, Pescarmona tuvo un momento de quiebre en su vida cuando el 10 de abril de 1985, en Martínez, fue secuestrado. Hoy, éste, es un tenso recuerdo que mantiene muy presente. “Estuve 45 días secuestrado y estoy vivo gracias a la prensa libre, que siguió pidiendo por mí, a mis amigos y a mi familia. Les pido a todos que no se olviden de Jorge Julio López (…) No volvamos al pasado”, dijo en un discurso reciente de apertura del Coloquio de IDEA. Si bien la cifra nunca fue oficial, se dijo que su familia pagó 4 millones de dólares por su rescate.
Aquel cautiverio, en donde algunos medios llegaron a darlo por muerto, lo hizo bajar considerablemente de peso y fue desde entonces cuando se propuso comenzar una rutina de vida sana que le cambió completamente su figura: bajó en total 30 kilos. El deporte que eligió posteriormente fue el ciclismo, con el que realizó varias carreras de alta montaña.
En los últimos tiempos, Pescamona encontró la combinación perfecta entre los negocios y el placer: los vinos. Fue este hombre, el primero en traer a la Argentina la variedad de Viognier, con la cual, comenzó a producir vinos a través de su propia bodega en Mendoza, llamada Lagarde. “Cada vez que va a un restaurante a cenar, pregunta si tienen su vino. En el caso de que no lo tengan, o lleva su botella o se va a otro”, contó un colaborador a PERFIL.
Familia. Henry, como le gusta que lo llamen, está casado desde 1969 con Lucy Pujals, su mujer de toda la vida, con la que no tiene problemas. Hoy –lo reconoce a viva voz– “sigue haciendo el amor y está enamorado como la primera vez”. Ella es la encargada de oficio de la Bodega Lagarde y la responsable de los negocios en materia gastronómica. Ambos tienen cuatro hijos: en la actualidad, lideran las empresas de su padre. Luis, el más grande, es el gerente general de Impsa, que ya lleva cuatro generaciones de mando. Lucas, es el gerente de Mercantil Andina, la empresa de seguros patrimoniales que tiene fuerte presencia en Mendoza. La que le sigue, Sofía, es quien se desempeña como gerente general de Lagarde. La hija menor se llama Lucía, acaba de volver de estudiar de Estados Unidos y aún está a la espera de tomar alguna arista empresarial de su padre. “Tendrá que hacerse desde abajo, como el resto de sus hermanos”, concluyen cerca de Pescarmona.