A simple vista, lo que menos parece, es un político. No se trata de su juventud –tiene 44 años–, ni tampoco de las tantas actividades que realiza además de ser primer ministro de Canadá. Justin Trudeau, quien vino por primera vez a la Argentina para visitar a Mauricio Macri, es también fanático del boxeo y del surf. El combo se completa con su activismo pro marihuana y una carismática presencia en las redes sociales. Por algo le dicen “el primer ministro viral”.
El jueves Trudeau llegó a Buenos Aires por sólo 19 horas y tuvo como primer acto protocolar una conferencia de prensa conjunta con Mauricio Macri en la Casa Rosada. Allí, entre otros temas de conversación, el primer ministro canadiense admitió la preocupación mundial ante la falta de progreso que afecta a la clase media, y sostuvo que “el reto es crear un comercio que beneficie a los afectados”. También instaló por sorpresa el tema Milagro Sala y del pedido de liberación que hizo las Naciones Unidas al Estado argentino.
Luego ambos jefes de Estado visitaron Tecnópolis, donde conocieron al equipo de Sep7imo día, no descansaré; el espectáculo que realiza el Cirque du Soleil –formación de origen canadiense–, que está inspirado en la música de Soda Stereo. Este proyecto es parte también de la profundización de las relaciones bilaterales entre Argentina y Canadá.
Por la noche Macri y su mujer agasajaron al canadiense en una cena a la luz de las velas en la quinta presidencial de Olivos. Y Juliana Awada estuvo en todos los detalles del encuentro, desde la carpa, las velas, hasta las flores y el menú.
Macri, Awada y Trudeau compartieron la mesa con la canciller Susana Malcorra, el jefe de Gabinete, Marcos Peña y su esposa, Luciana Mantero; la ministra de Comercio Internacional de Canadá, Chrystia Freeland; el embajador canadiense en la Argentina, Robert Fry, y su esposa, Jennifer Reynolds. Trudeau vino solo; está casado con Sophie Gregoire, una ex conductora de televisión de Quebec con la que tienen tres hijos: Xavier de 9 años, Ella-Grace de 7 y Hadrien de 2. Ayer fue antes de cerrar su visita al país al Parque de la Memoria junto a Victoria Donda, Abuelas de Plaza de Mayo y Claudio Avruj. Luego se reunió con miembros de la Cámara de Comercio Argentino-Canadiense en Puerto Madero.
Personaje. Pero, ¿quién es este joven carismático que es amante de las selfies y profesa “ideales feministas”? Hay que decir que no comenzó con cosas pequeñas: los primeros 13 años de su vida los pasó en la residencia oficial de Canadá. Porque su padre, Pierre Trudeau, gobernó ese país entre 1968 y 1984, con una breve interrupción. Hoy sigue siendo un emblema del Partido Liberal. Justin es licenciado en Educación de las Universidades McGill y British Columbia y fue un líder destacado desde su juventud.
Si hay algo que lo caracteriza es que trabajó en muchas otras cosas: fue instructor de snowboard, camarero, portero, orador y profesor de francés. En 2008, a los 35 años, ganó una banca en el Parlamento en representación de un distrito de clase trabajadora de Montreal. Y se mueve como pez en el agua en el marketing político: en un evento solidario de 2011, recaudó una cifra interesante por hacer un striptease –no total– para una investigación médica. Al poco tiempo participó de una pelea de box solidaria contra el senador conservador Patrick Brazeau. Finalmente, en noviembre de 2015, se transformó en primer ministro.
Justin suma conductas que lo muestran sin dudas como un político distinto: fue el primer gobernante canadiense de la historia en desfilar en una marcha nacional por el orgullo gay y, además, bajo su gestión, su país se convirtió en 2016 en la nación de toda América que más refugiados sirios acogió.
Desde que asumió el liderazgo en el Partido Liberal, es una celebridad en internet. No le teme a mezclar sus excentricidades con su línea política basada en causas como la lucha contra el calentamiento global y la legalización de la marihuana. “Lo que más se ama en internet de Justin Trudeau es que su personaje no conoce los límites, mientras que como político hace lo que tiene que hacer. Demostró que no sólo era el rompecorazones de Canadá, ni el guapo que hacía yoga y se mantenía en forma. Se mantuvo sólido en sus ideales”, explicó el periodista Mike McNeill, del Toronto Star.
Las cifras confirman el fenómeno: el video principal de su campaña lleva más de tres millones de visitas. Su foto con dos osos pandas como parte de un anuncio de un acuerdo comercial con China, hizo explotar Facebook e Instagram. Y una imagen suya con el torso desnudo mientras practica surf, fue un hit. “En los últimos dos años los liberales canadienses captaron el rol de la política en las redes sociales y Trudeau lo entendió como ningún otro político”, dijo Laura Olin, responsable de las redes de Obama.