PROTAGONISTAS
una vida de película llevada al cine

El rey Guillermo impulsa una investigación sobre el papel de la corona en la esclavitud

Durante dos días consecutivos, la monarquía de Países Bajos estuvo en el primer plano mediático. Primero, hizo una sesión de fotos previa al receso de verano y fue allí donde Amalia, la futura reina, se refirió a cómo hizo para que no la afectara lo que de ella se dice, sobre todo en las redes sociales. Pero fue ayer el rey Guillermo quien dio un discurso en el acto donde se recuerda la esclavitud que esa nación aplicó en sus colonias de ultramar. Primero pidió disculpas por ese pasado; luego anunció que encargó un estudio para descubrir el papel que tuvieron sus ancestros en el comercio de esclavos.

2023_07_02_rey_guillermo_paises_bajos_maxima_afp_g
En familia. (De izq. a der.) Guillermo, Ariane, Amalia, Alexia, Máxima y Mambo, la mascota familiar, posaron el viernes en la sesión previa a las vacaciones de verano. | AFP

En las últimas cuarenta y ocho horas, la monarquía neerlandesa generó dos situaciones mediáticas que pueden leerse como parte de ese proceso progresivo que pareciera tender a acortar esa distancia que, desde hace siglos, separa la civilidad de las monarquías. Por supuesto, sin que por esto se pueda suponer un cambio radical pero está claro que subsistir implica adaptarse a los cambios.

Es tradicional que la monarquía de Países Bajos habilite una producción de fotos en conjunto en la previa de sus dos vacaciones anuales. Esto se hace para “negociar” con los medios de ese país no hacer de Máxima, Guillermo y sus hijas blanco de persecuciones periodistícas durante ese mes de receso oficial. Y esa producción la hicieron el viernes, posando sin ningún accesorio que denotara pertenencia monárquica –salvo la custodia–, en Quiet Beach, una playa de La Haya.

Cómo leer las redes. Esta vez, a diferencia de las anteriores, se pusieron frente a respectivos micrófonos las dos hijas mayores del matrimonio, Amalia –primera en la línea de sucesión al trono– y Alexia, quien hace poco cumplió 18 años y es la más parecida físicamente a Máxima Zorreguieta. Y fue en esa instancia donde Amalia –de 19 años– habló sobre lo que generan la redes sociales que, en su caso, no fue una experiencia donde lo positivo se ubicara en primer lugar. Para ella, dijo, “han tenido un gran impacto y muchas veces no positivamente; pero aprendés a lidiar con esa situación. ¿Cómo? Aprendés a no leerlo y sobre todo a no tomar lo que allí escriben como si fuera algo personal”. Este asunto fue quizás el más personal respecto de la joven que están preparando para ser reina. Después habló de que alguna vez pensó cómo hubiera sido ser la hija menor o la del medio. “Ojalá no lo hubiera pensado, no creo que sea una buena actitud, porque así son las cosas. Esa es la realidad: trae consigo cosas bonitas, pero también cosas menos agradables ser la mayor. Pero igualmente estoy extremadamente agradecida a mis “dos hermanas, mi padre y madre porque siempre me apoyarán en el puesto que ya tengo y que asumiré en el futuro”.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Respaldo fraterno. En el caso de Alexia –la hermana del medio– como ya es mayor de edad, se le habilitó el micrófono. “Tanto Ariane como yo estamos preparadas para apoyar a Amalia donde sea posible o necesario. Y ella lo sabe”. En su caso, hará lo mismo que hizo Alexia cuando terminó el secundario, se tomará un año sabático: “Un poco de viaje, un poco de trabajo... hay muchos planes, pero todavía no se ha organizado nada”. Alexia cursó los dos últimos años de escolaridad media en mayo último, en el United World College, en Gales. A ese colegio fue también el actual rey, y en el caso de Alexia, compartió aula con la princesa Leonor –futura reina de España– y con cuatro adolescentes argentinos, algunos de los cuales fue becado para estudiar en ese particular colegio.

Revisión histórica. Si bien en la sesión de fotos prevacaciones de verano el rey Guillermo habló, fue ayer cuando sus palabras tuvieron otra dimensión. Sin sus hijas, y solo con Máxima, dio un discurso en el Día Nacional del Recuerdo a la Esclavitud que, esta vez, marcó el 150º aniversario de la abolición de la esclavitud en Surinam, excolonia neerlandesa. Hace un tiempo, Países Bajos inició una revisión histórica sobre su accionar en las colonias, que se tradujo en exposiciones, apertura de archivos para que descendientes de esclavos rastreen sus orígenes, y hasta el descarte de una carroza que está decorada con imágenes de mujeres esclavas.

Pasado presente. En un estudio que Guillermo encargó para determinar qué papel tuvo la corona en el comercio de esclavos, concluyó que la casa de Oranje-Nassau –la suya– ganó el equivalente a 545 millones de euros en dinero actual por la esclavitud, la explotación y el trabajo forzoso. En ese informe se detalla que más de 600 mil personas fueron transportadas desde África en barcos holandeses para ser vendidas como esclavas o empleadas en plantaciones; de las que 75 mil no sobrevivieron al traslado. “La investigación que promuevo aportará más luz sobre el papel de la Casa de Orange en la historia colonial y en la esclavitud. Pero por la evidente falta de acción frente a este crimen de lesa humanidad, pido perdón hoy, en este día”, dijo Guillemo en su discurso. “Sé muy bien que no todos tienen los mismos sentimientos acerca de esta fecha nacional. También que hay ciudadanos que consideran exagerado disculparse después de tanto tiempo de abolida la esclavitud. Pero sé que la gran mayoría apoya la lucha por la igualdad, independientemente del color o la cultura. (...) Llevamos con nosotros el horror del pasado esclavista. Las consecuencias de esto hoy se sienten en el racismo en nuestra sociedad”.