“Este va a ser un video un poco serio”. Con esa frase, Rubén Doblas Gundersen, conocido imternacionalmente como Rubius, comenzó su discurso de despedida de YouTube, su espacio de conexión cotidiana con sus millones de seguidores en todo el mundo.
“Hacer videos es lo que más me gusta del mundo pero cada vez me está costando más ser yo mismo y ponerme delante de la cámara y dar el 100% de mí (...) Por eso, creo que voy a necesitar un tiempo para verlo desde fuera y ver cómo puedo seguir siendo yo mismo en el canal pero sin perder la cabeza”, dijo a una platea de nada menos que 29.458.111 suscriptores que tiene su canal ElRubiusOMG. Una platea que lo posicionó como el tercer youtuber más seguido del mundo. Y a su vez esto hizo de Rubius una marca y un impensado y lucrativo negocio.
Así, este joven español de 28 años pasó de subir a la red videos caseros filmados en su cuarto en 2011, para divertir a sus amigos, a hacer giras por el mundo –Argentina incluida–, a convertise en gamer y a estrenar en un par de meses Virtual hero, una serie aminada producida por Movistar, “la Netflix española”, con él como protagonista. Y hasta la revista norteamericana Time lo incluyó en 2016 en el listado de “líderes de la próxima generación”. Un recorrido que hace algo más de 24 horas parece haber requerido en él un momento de introspección.
En busca de silencio . “Soy una montaña rusa llena de emociones y lo intento tapar todo siempre con humor, y tengo rachas buenas y rachas malas, como todos los seres humanos”, dice en otra parte de su despedida. Pero esta situación no es ajena ni nueva para Rubius.
Como en muchos, la fama repentina y literalmente masiva lograda sin moverse de su casa ya había provocado en él situaciones de alerta. Manejar no solo el afecto de sus fans, el acoso, las avalanchas en las previas incluso de sus presentaciones, y también las críticas y comentarios maliciosos que permiten las redes sociales lo llevaron a “aislarse” en una casa dentro de un barrio cerrado ubicado en las afueras de Madrid durante casi un año.
Un registro de todo aquello quedó, según cuentan sus seguidores, en un video que luego publicó, “50 cosas sobre mí”: un resumen de lo que para él fue ser un chico que buscaba alegrar a la gente mientras enardecidos fans lo seguían y crecían en él sus “monstruos interiores” y la soledad. Incluso ya fuera de ese aislamiento sanador, en 2015, Rubius se puso tenso y hasta lloró en una entrevista televisiva luego de decir: “Nunca me he abierto a nadie, es difícil explicar a la gente lo que es esto”.
Experiencia en Argentina . En octubre de 2015, Rubius hizo su primera presentación en Argentina y fue entonces cuando los llamados “medios tradicionales” descubrieron quién era: un desconocido español cuya llegada a Ezeiza provocó avalanchas de fans que llevaron a reformular la seguridad en el hotel donde se alojó y en los lugares donde se presentó. Un detalle que también fue llamativo: sus fans pagaron para verlo casi lo mismo que lo que por entonces costaban las entadas de un concierto de rock internacional. Si algo faltaba por hacer masivo en Argentina el significado y la potencia de ser youtuber, la presencia de Rubius fue el ejemplo irrefutable y contundente
Bajón, estrés, chau. “Cada vez me pongo más nervioso y cada vez me cuesta más respirar y me dan como bajones (...) He ido al médico, y me ha dicho que tenía un estrés y una ansiedad de copón. Ultimamente me paro a pensar qué pasa en mi mente porque lo veo todo tan negativo y desastroso... y creo que es algo que vengo arrastrando durante todos estos años... Cada vez más presión, más gente opinando sobre ti...”, relata Rubius en su video de casi ocho minutos donde sin rodeos desnuda que lo lleva a ponerse por un tiempo en “modo avión”.