La estancia de Florencia Kirchner en Cuba generó especulaciones de todo tipo. Muchas referidas a su salud, otras a su relación con su madre, y varias más enfocadas en su situación judicial en Argentina. Se habló y escribió mucho al respecto en los últimos meses, pero hasta el momento la única información oficial es que se encuentra allí realizando un tratamiento para curar un cuadro físico que la afecta desde hace un tiempo.
Durante todo este proceso, Florencia mantuvo un perfil bajo y poco se supo de ella. Por lo menos fue así hasta el lunes de la semana pasada, cuando sorprendió a todos al crear una cuenta de Instagram en la que revela que la lectura es una de las actividades a las que se dedica para pasar los días en la isla. La joven de 29 años publicó 12 posteos (al cierre de esta edición), y la mayoría están destinados a divulgar y recomendar libros escritos por autoras que reivindican, de alguna manera u otra, el rol de la mujer en la sociedad.
La hija de la vicepresidenta comenzó con Virginia Woolf, quizás una de las más grandes referentes del feminismo a nivel mundial. “Porque es la uno”, escribió como comentario, y agregó distintas frases que contiene el texto. Pero no solo se quedó en libros reconocidos internacionalmente sino que también aprovechó el espacio, y los casi 80 mil seguidores que ya tiene, para impulsar otras historias provenientes de Argentina.
Efecto instantáneo. Fue el caso de Los montes de la loca, un texto escrito por Marisa Wagner. Nacida en Buenos Aires, fue una reconocida psicóloga social que falleció en 2012 luego de una vida que intercambió momentos de alegría pero también de dolor. “Es un libro que tiene que ver con la internación psiquiátrica de la autora en la Colonia Montes de Oca, una complicada institución de encierro relacionada con la salud mental”, explicó a PERFIL Matías Reck, miembro de la editorial Milena Caserola, que editó y publicó la obra.
Florencia acompañó la imagen de la tapa del libro con algunos fragmentos que relatan cómo se vive dentro de un edificio de estas características y aprovechó para recomendar a Milena Caserola. “Nos sensibilizó el hecho de que alguien se tomara el trabajo de leer el libro y hacer un comentario tan bonito”, señaló Reck, y contó que desde entonces 500 cuentas más los siguen en redes sociales. “Quizás para otros será poco, pero para nosotros es un montón. Hubo muchas consultas también a través de la página. La verdad es que fue una gran viralización y le escribimos a Florencia para agradecerle. Ella nos agradeció por la edición, que estuvo a cargo de Eduardo Malach y Anahí Yáñez, y ahora queremos hacerle llegar otro libro”.
Siempre ellas. La divulgación de libros editados en Argentina que hizo Florencia no finalizó en Los montes de la loca sino que continuó con Autobiografía de mi madre, escrito por Jamaica Kincaid y publicado en Argentina por Capital Intelectual. Nacida y criada en la isla antillana de Antigua –bajo dominio británico hasta 1967–, la autora tuvo que abandonar su casa y distanciarse de su madre para trabajar de niñera en Nueva York. Allí estudió fotografía y realizó colaboraciones con medios periodísticos, para luego dedicarse a escribir cuentos y novelas. Actualmente vive en Estados Unidos y es profesora en la Universidad de Harvard.
“En este caso en particular, es un libro que teníamos ‘olvidado’ porque se publicó hace bastante. Tuvimos que subirlo a la página de compras online porque se cambió hace poco y no lo teníamos disponible ahí. Así que, en algún punto, la recomendación de Florencia lo hizo reaparecer”, aseguraron a PERFIL desde Capital Intelectual. En cuanto al posteo, no sabían que Florencia tenía el libro o que lo había recomendado en su Instagram. “Nos sorprendió lo que pasó, porque ni sabíamos que tenía una cuenta en esa red social. Empezaron a llegarnos mensajes contando lo que había ocurrido, y la verdad es que hubo mucha repercusión. Y empezó a seguirnos mucha gente, y hubo consultas por ese libro y por otro texto de la misma autora llamado Mi hermano”.
Lejos de terminar las recomendaciones, Florencia aprovechó que el miércoles hubo una marcha en Argentina para pedir por el aborto seguro, legal y gratuito para divulgar un poema de la activista June Jordan que aparece en el libro Cosas que hago en la oscuridad. La encargada de traducir el poema al castellano fue Flor Codagnone, a quien le sucedió algo similar a lo ocurrido con las editoriales: “Mucha gente empezó a seguirme a partir de eso, y está bueno porque yo me dedico a la poesía y a divulgarla”, explicó a PERFIL.
Al ser consultada por la autora, Codagnone señaló que Jordan es una de sus preferidas y que trabajó en esa traducción durante cuatro años. “Es una poeta que creo que es vital que lean las argentinas ahora. June fue feminista, negra, bisexual, y militaba todo eso desde la poesía. Tiene mucha actualidad, y sé que a Florencia Kirchner le gusta la poesía y seguramente por eso decidió compartir ese texto”.
Libros y música. En las últimas horas, Florencia volvió a recomendar otro libro. Y fue Buenos días, guapa, de la autora austríaca Maxie Wander. “Una mujer que se propuso escuchar a otras, creando un libro previo a los de Svetlana Aleksiévich. Hay que leerlo porque logra en su escritura darle individualidad a mujeres, respetando la personalidad de sus voces”, la describió la joven desde Cuba.
Y no solo publicó textos de libros sino que también difundió una imagen de la cantante Mina. Recordada por su gran talento artístico a la hora de cantar y componer canciones, también fue una de las primeras en defender el feminismo en su país luego de ser madre soltera en 1962 y que la RAI, la emisora más importante de Italia, la censurara por ese motivo. Tras superar la censura se convirtió en una transgresora que luchó por los derechos de la mujer, hasta que en 1978 decidió recluirse en Suiza, donde continúa viviendo.
Terapia de lecturas en La Habana
Daniel Gigena
Del misterio digno de una novela de espías ambientada en La Habana, Florencia Kirchner pasó sin escalas a la escena pública gracias a su novel cuenta de Instagram (@florenciakf), donde, además de publicar fotos, debutó como bookstagrammer con recomendaciones de lecturas. Hasta el cierre de esta edición, son todos libros escritos por mujeres, y no precisamente novelas rosas ni manuales de coaching.
Su primera publicación tuvo lugar cuatro días después de la presentación de Sinceramente, de Cristina Fernández de Kirchner, en la Feria Internacional del Libro de La Habana, y el título elegido fue De la enfermedad, ensayo donde Virginia Woolf esboza una fenomenología de los cambios que provoca la mala salud. Florencia eligió varios fragmentos, tales como “No solo necesitamos un lenguaje nuevo más primitivo, más sensual, más obsceno, sino [también] una nueva jerarquía de las pasiones: hay que disponer el amor a favor de los cuarenta grados de fiebre”. La siguiente recomendación llegó dos días después: Los montes de la loca, de Marisa Wagner, poeta, feminista y “loca”, que estuvo internada en la Colonia Montes de Oca. “Meterse en sus versos es dejar de darle vuelta la cara a la salud mental, es romper con los imaginarios preconcebidos por la máquina reina que moldea y etiqueta para las cabezas de los demás”, escribió Florencia. Woolf y Wagner padecieron trastornos mentales e incluyeron el arte de la palabra en sus terapias. No es difícil imaginar que algo así intenta Florencia.
El martes pasado le tocó el turno a Jamaica Kincaid, escritora antillana y autora de Autobiografía de mi madre, donde la protagonista recupera a su madre (que murió mientras la paría) por medio de la escritura. El miércoles 19, cuando en Argentina se marchó a favor del aborto legal y gratuito, eligió a la activista, poeta, lesbiana y feminista negra June Jordan (traducida por otra poeta feminista, Flor Codagnone). A falta de un pañuelo verde, se rodeó de plantas tropicales.
Y ayer llegó la quinta recomendación: Buenos días, guapa, de Maxie Wander. Para escribirlo, la autora entrevistó a 19 mujeres alemanas que, a medida que narraban sus vidas, reinventaban tiempos pasados y por venir. “Hay que leerlo, tiene pasajes que revientan: Yo también me invento lo que necesito”. A la distancia, las señales literarias de Florencia Kirchner se dejan leer entre líneas.