Volvió a la Argentina una de las joyas favoritas de Eva Perón, el famoso broche que recrea la bandera argentina con zafiros y diamantes que Madonna y Susana Giménez intentaron sin éxito comprar hace 15 años por casi un millón de dólares. La afortunada que lo luce hoy en su pecho es la modelo, actualmente excéntrica madre alejada de las pasarelas y las publicidades, Victoria Vanucci (31). Se lo regaló para su cumpleaños, el 15 de enero, su marido dueño de medios K, Matías Garfunkel (39). Lo pagó casi medio millón de dólares. Nada con tal de complacer los deseos de su esposa.
Si bien no evitan prestarse a producciones en revistas que los muestran en las lujosas mansiones y estancias que poseen desparramadas por todo el país, el matrimonio Garfunkel se niega a dar detalles de la compra del broche de Eva Perón.
Pero tampoco lo esconden. Victoria ya usó la joya en reuniones sociales y hasta tuitteó una foto en la que lo viste, aunque fueron pocos los que reconocieron el origen de la joya.
La gran pregunta es cómo llegó a sus manos. En octubre del año pasado, el broche llamado Sol de Mayo y creado por Van Cleef & Arpels fue parte de una subasta de Christie’s en Nueva York. Fue promocionada como una de las Magnificent Jewels –joyas magníficas– que destacó la casa de remates millonarios en su catálogo, en el que incluyó el valor histórico de la pieza y la exquisita técnica con la que fue armada para simular el flamear de la bandera argentina sin que se perciban los engarces. Toda una obra de arte.
Era la segunda vez que Christie’s vendía ese artículo. En abril de 1998, lo entregó a cambio de US$ 992.500 en un remate del que participó, sin éxito, la conductora Susana Giménez, quien en persona llegó a su última oferta con US$ 900.000 y quedó en el camino. En aquel momento, trascendió que el comprador fue el sultán de Brunei.
Pero las segundas vueltas hacen que el valor de las joyas se ajuste, a la baja.
El 15 de octubre del año pasado, “un coleccionista argentino adquirió el broche de Eva Perón por US$ 461.000”, informó formalmente Christie’s tras el remate. Con ese medio millón de dólares, Garfunkel logró volver a traer al país la joya y sorprender a su esposa la mañana de su cumpleaños. En la casa del barrio de Belgrano en la que viven, se lo entregó en una caja y le contó toda la historia. Evita usó ese broche en numerosos actos públicos, entre ellos, la jura de la Constitución de 1949, que posibilitó la reelección de Juan Domingo Perón y el voto femenino. La joya resaltaba en los típicos y discretos trajes sastre por los que se reconoce mundialmente a Evita.
En el voluptuoso pecho de Vanucci, el prendedor de la bandera argentina y reliquia histórica luce diferente que en el de la abanderada de los humildes. Pero Garfunkel, hoy con aspiraciones políticas muy cercano al gobernador bonaerense Daniel Scioli después de haber coqueteado con la idea de sumarse a las filas de Sergio Massa, cree que es poco para demostrar su incondicionalidad con la mujer que asegura “salvó mi vida” después del accidente que sufrió en una ruta de la Patagonia, la 237. Hoy, Vanucci espera el segundo hijo de Garfunkel. El primer fruto de la pareja, Indiana (1), llegó luego de varios intentos con finales infelices y muchas episodios de tristeza. Por eso, significa tanto para la pareja que se consolidó y formalizó cuando la modelo encaró su conversión al judaísmo. Algo necesario