Dos de los deportistas más reconocidos del país eligieron la ciudad de Rosario para celebrar las fiestas y terminar 2018. Tanto Lionel Messi, nacido en ese lugar, como Emanuel Ginóbili –su esposa es de allí– viajaron a la ciudad santafesina, donde se reencontraron con sus familias y aprovecharon para descansar antes de retomar sus actividades.
En el caso del futbolista, jugó el último partido del año con el Barcelona el sábado pasado. No bien terminó, se dirigió de inmediato al aeropuerto de la ciudad con su esposa, Antonella, y sus tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro. En el lugar los esperaba la tripulación del jet privado que la Pulga compró a principios de diciembre. Si bien ya lo había utilizado para viajar a Madrid junto a varios compañeros y su hijo mayor a ver la final de la Copa Libertadores entre River y Boca, esta fue la primera vez que lo usó para viajar a Argentina.
En la aeronave no solo estuvieron los Messi. Luis Suárez; su esposa, Sofía Balbi, y los hijos de la pareja también se sumaron. El uruguayo debía ir a su país para las fiestas y porque era uno de los invitados de honor al casamiento de Diego Godín, defensor de la selección de Uruguay, que se realizó el miércoles de esta semana. Como ambas familias son muy amigas, decidieron emprender la vuelta juntas.
Según los registros, la travesía duró un poco más de 15 horas. La primera parada se llevó a cabo en Rosario y luego continuaron hacia Montevideo. El avión quedó estacionado en el aeropuerto de Punta del Este, donde espera para hacer el recorrido inverso y llevar a los futbolistas a España. Ellos deben reincorporarse al club el próximo 2 de enero, por lo que recibirán el año en sus países para regresar luego a Europa.
En el vuelo inaugural de Messi a la Argentina lo acompañaron Luis Suárez y su familia
Fútbol. Una vez en Rosario, Messi pasó Nochebuena y Navidad con su familia. En los festejos estuvieron presentes sus padres, hermanos y sobrinos. “Cuando tuve a mis hijos, la prioridad siempre fue la familia. Es lo más importante, lo verdaderamente importante. Obviamente, amo el fútbol y vivo para él pero la familia está por encima de todo”, dijo en una entrevista reciente al medio español Marca.
Con esto en la cabeza, Leo disfruta de sus días libres jugando con sus hijos y pasando la mayor cantidad de tiempo posible con ellos. “Mateo salió más a mi mujer. Es más personaje, le gusta la música y bailar como a su madre. Thiago, en cambio, más a mí, es más introvertido y tímido. Ciro recién está comenzando a ponerse de pie. A Antonella y a mí nos gustaría tener una niña pero es pronto. Ya veremos”, detalló sobre sus hijos.
Básquet. A diferencia de Messi, Emanuel Ginóbili lleva varias semanas en Argentina. Luego de anunciar su retiro a mitad de año, dispone de más tiempo libre y menos compromisos a los cuales deba asistir. Por eso aprovechó este tiempo para dar varias charlas, viajar a Bahía Blanca, donde celebró el 50º aniversario de la boda de sus padres, y ver algunos partidos de básquet de la Liga Nacional.
La semana pasada la familia se trasladó a Rosario, de donde es su mujer, Marianela Oroño, para celebrar la Navidad con la familia de ella. Además, a principios de mes le realizaron una pequeña intervención a Luis Oroño, suegro de Manu, y se juntaron con él. Por otro lado, al ex jugador de San Antonio Spurs se lo pudo ver comiendo asado con una familia amiga que vive en la ciudad. Uno de ellos es el joven nadador Facundo Arregui, quien planea estar en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. “Manu es muy amigo de mis tíos desde la infancia y aprovecharon que estaba por acá pasando el verano para invitarlo a comer. No hablamos mucho de deporte, me preguntó solamente cómo venía con mis cosas y si seguía entrenando. El resto fue una conversación normal; es un tipazo, resencillo y humilde. Fue una excelente manera de cerrar el año”, explicó Arregui al portal Paradeportes.
Homenaje en Saavedra. El día de ayer, Ginóbili interrumpió unas horas el descanso para viajar a la Ciudad de Buenos Aires. Al mediodía, y de manera sorpresiva, se presentó en una plaza de Saavedra donde realizaron un mural sobre una cancha de básquet a modo de homenaje. El campeón olímpico y de la NBA estuvo junto a sus tres hijos, Nicola, Luca y Dante, pintó su firma con un aerosol y saludó a los vecinos que se acercaron a conocerlo. Luego le dieron una pelota para hacer unas fotos y los presentes comenzaron a pedirle que hiciera unos lanzamientos al aro. “Ya me olvidé cómo se hacía esto totalmente”, bromeó con quienes estaban allí. “Bueno, pero capaz te acordás igual”, se animó a decirle un hombre que estaba al costado. “Estoy más para posar y eso”, continuó Ginóbili con el chiste. Luego, una persona que fue hasta el lugar con Ginóbili utilizó un dron para tomar algunas imágenes aéreas. Varias de ellas las hizo junto a sus hijos, quienes enseguida se pusieron a jugar. Antes de despedirse definitivamente, uno de los presentes fue a buscar al fundador de la cancha para avisarle que el basquetbolista se encontraba en el lugar. “Muchas felicidades y gracias por el gesto”, le dijo Manu al hombre, que no podía creer que él estuviera allí.
La última inversión de Leo: un jet privado
El jet que compró Messi es un modelo Grumman Gulfstream V del año 2004. En la actualidad, está valuado en unos 15 millones de dólares y tiene capacidad para transportar hasta 16 personas. La máquina está preparada para volar entre Europa y América sin escala y sus asientos se convierten en cama, por lo que los pasajeros pueden dormir en él. Además, cuenta con dos cocinas y dos baños con ducha.
Tras la compra, al avión se le realizaron algunas modificaciones especialmente diseñadas para Leo. Por un lado, en la escalera para ingresar a la nave se grabaron su nombre, el de su mujer y los de sus tres hijos. Además, en la cola se estampó un número 10 gigante en referencia al número que utiliza en sus camisetas de fútbol.
El argentino no es el único futbolista que cuenta con un jet privado. Otros que compraron aviones para desplazarse fueron Cristiano Ronaldo y Zlatan Ibrahimovic. En el caso del portugués, lidera la lista ya que tiene el más caro. También es un modelo Gulfstream y está valuado en casi 35 millones de dólares. En la actualidad, Ronaldo lo tiene como un negocio ya que lo alquila a tres mil dólares la hora para justificar la inversión que realizó.