“Llevo haciendo esto por muchos años y nadie tenía idea de que era argentino”. A pesar de trabajar desde hace más de una década en Hollywood, Ignacio Serricchio cuenta a PERFIL que recién ahora comienzan a saber de él en Argentina. Parte de ese reconocimiento viene de la mano de sus papeles en Perdidos en el espacio, una remake de la serie de 1965 que ahora produce Netflix, y además la versión estadounidense de El marginal (que se llamará El recluso), en la que interpreta el rol que encarnó en Argentina Juan Minujín.
—¿Cómo fue irse de Argentina tan joven?
—Un día, cuando tenía 11 años, estaba en una competencia de natación y cuando salí de la pileta le pregunté a mi mamá dónde estaba papá. Me dijo que con un llamado, así que empecé a secarme. Cuando cortó, vino y nos dijo que nos mudábamos a México. No fue una conversación familiar, porque ellos hacía rato que querían salir de Argentina. Al principio me costó mucho por mi abuela, porque me crié con ella y la extrañaba mucho, pero después me acostumbré.
—Y luego se fueron a Nueva York.
—Terminando la secundaria no tenía ni idea de qué iba a estudiar. Me había anotado para ingeniería industrial, pero la verdad es que hasta el día de hoy no tengo ni idea de qué es. De hecho, fui el primer día con mi mejor amigo Andrés y en medio de la clase lo miro y le digo: “Chau, te espero en el auto porque esto no es para mí”. Justo a mi viejo le ofrecieron trabajo en Nueva York, y fue como anillo al dedo porque pude estudiar allí.
Sin embargo, Ignacio seguía sin saber qué hacer. Un día, sus padres le preguntaron qué le gustaba. “Entretener gente y hacerme el payaso”, respondió el joven, que solía ser el centro de atención y disfrutaba de cautivar públicos. Entre todos decidieron que lo mejor sería que estudiara actuación, cosa que jamás había hecho en Argentina. “La única actuación que hice en Lanús fue mentirles a mis viejos cuando causé un incendio en Lomas de Zamora”, explica entre risas.
—¿Cómo llegaste a Hollywood?
—Estaba terminando mi segundo año de universidad y la verdad es que se dio todo demasiado perfecto. Venía haciendo monólogos y sentía que no quería seguir estudiando, sino más bien trabajar. A mi viejo le ofrecen trabajo en Los Angeles y lo vi como una buena señal. Me transferí a otra universidad para terminar los estudios, pero al año empecé a hacer una película y luego una telenovela que se llama Hospital general, y de ahí ya no tuve dudas. No frené nunca más.
—¿Es difícil trabajar en Hollywood?
—Es muy competitivo. Yo ahora por suerte estoy bien encaminado porque los últimos 12 años me he roto para llegar, pero pasé años muy difíciles. Llegué a vivir en el sótano de un teatro sin que nadie se enterara, porque no tenía plata. Los Angeles es un lugar donde o te convertís en un león o te comen vivo. Es una industria que 15 de 16 veces te rechaza. Es muy difícil, pero si sabés aprovechar oportunidades y mejorás como artista, las cosas llegan.
—Como “Perdidos en el espacio”.
—Sí, y fue otro nivel. La claridad que tenían los directores, los escritores y Netflix era increíble. Sabían con exactitud adónde querían llevar este proyecto. Además, la mayoría, por no decirte todos, somos fanáticos de la serie original. Era muy importante honrar al creador, Irwin Allen, y a los actores. Que nos lleguen mensajes de personas de todo el mundo y que estén contentos con la serie es algo muy grande. También veo que de a poco en Argentina se enteran de que hay un argentino de Lanús triunfando acá y me pone muy contento.
—Y a eso sumaste “El recluso”.
—Eso fue muy loco. Dos meses antes de que me ofrecieran el papel, un amigo me insistía para que viera El marginal. Un día llama mi representante y me dice que harían la versión norteamericana, y no podía creer la coincidencia. Justo estaba en Argentina visitando a mi abuela y los productores estaban con Sebastián Ortega. Mi manager me dice que me podía juntar con ellos porque querían honrar el proyecto original, pero hacer algo único. Me encantó la oportunidad, y resultaba irónico que un argentino hiciera en la versión norteamericana el mismo papel protagónico. No fue muy difícil decir que sí.
“Quiero hacer teatro con Julio Chávez”
Ignacio Serricchio nació en Lanús Este y en el fútbol es fanático del Grana, Lanús. En Estados Unidos se volvió muy amigo del jugador de fútbol Diego Valerí, quien jugó en el club de sus amores. Por decisión familiar vivieron primero en México y luego en Nueva York, donde estudió actuación. De allí, Ignacio viajó a Hollywood, donde después de muchas audiciones trabajó en series televisivas: Hospital general, Bones y Witches of East End. También participó en las películas The Wedding Ringer, Bad Asses y States of Grace.
En sus trabajos compartió elenco con Kevin Hart, Kaley Cuoco, Josh Gad, Danny Trejo y Danny Glover. A pesar de que se siente cómodo en Los Angeles, quiere trabajar en Argentina. “Ojalá se abran las puertas allá”, dice Serricchio PERFIL. “Lo he intentado por mucho tiempo. Traté de conseguir representantes en Argentina, pero un par de agencias no mostraron interés en trabajar conmigo. Igual sigo intentando, porque para mí es un sueño poder trabajar en mi país. Hay un montón de actores que son buenísimos. Siempre fui muy fanático de Julio Chávez, es uno de los actores con quienes me encantaría hacer una obra de teatro”.