No es cualquier historia de superhéroes. De hecho, Guardianes de la Galaxia ni siquiera es una historia que involucre, estrictamente, a superhéroes. La figura de guardianes, encabezadas por un héroe humano en su inocencia, en su valentía moderada, en sus valores en construcción y en su tenacidad, como es Star Lord –interpretado por Chris Pratt–, ofrece un contrapunto, casi en el tono de la parodia al arquetipo de semidios atravesado por una fuerza sobrehumana y unos recursos infinitos.
Quien encabezó esta trilogía que empezó tímidamente hasta volverse una franquicia de grandes dimensiones es James Gunn, quien luego de prestarle sus servicios a Marvel durante diez años, se mudó a DC, la máxima competencia. Y no es que lo contrataron como un director de segunda línea, sino que ahora es el co-presidente del emporio.
De zombis a héroes. Nacido en San Luis, Missouri, el 5 de agosto de 1966, a Gunn le fascinaron de pequeño películas como La noche de los muertos vivos y Viernes 13. De muy joven empezó a filmar historias de zombis con su cámara de ocho milímetros con la ayuda de sus hermanos, en las inmediaciones de su casa. Así, fue perfilando una afinidad por las películas de género.
Actualmente casado con la actriz Jennifer Holland, Gunn es un director que, poco a poco, fue imponiendo una impronta que no solo refrescó el particular lenguaje audiovisual de las películas de héroes, sino que volvió redituable el tono irónico y desfachatado. Quienes aplicaron esa impronta en películas como Dead Pool merecieron el respeto de la audiencia y de la crítica, pero no generaron el grado de empatía que sí logró la trilogía Guardianes de la Galaxia.
De hecho, hasta Steven Spielberg las elogió. En 2016 mientras este participaba en el Festival de Cannes, puso el foco en James Gunn: “Me encanta Superman de Richard Donner, El caballero oscuro de (Christopher) Nolan, y la primera película de Iron Man; pero de las de superhéroes la que más me impresionó es una que no se lo toma demasiado en serio: Guardianes de la Galaxia (...) No es cínica y no le preocupa ser valiente”. Cuando Gunn se enteró del elogio, dijo: “Es el mayor elogio que he recibido. Estoy más que emocionado; nadie más que Spielberg influenció a Guardianes...”.
El humor como técnica. Gunn fue construyendo un lenguaje irreverente y se posicionó dentro del género hasta, de alguna manera, lograr imponerlo. Por supuesto no fue el único. En su versión de El escuadrón suicida y su spin off, El pacificador, ese tono se mantiene a flor de piel. Pero en Guardianes de la Galaxia lo que llama la atención es, además, su presupuesto, teniendo en cuenta que es una comedia de acción intergaláctica: cada una de las películas de la trilogía costó 200 millones de dólares. En el caso de la tercera hay que sumar un presupuesto destinado al marketing mucho más amplio que en las dos anteriores. Pero la apuesta redituó: a días de su estreno, superó los 300 millones de dólares de recaudación global. Cabe aclarar que, igualmente, de las películas de este género la que ocupa el puesto más alto en el podio de presupuesto es Endgame –de la saga de Avengers–, que costó 355 millones de dólares.
El pase. La dinámica de trabajo de James Gunn al interior de Marvel le dio prestigio. “A mí me consultaban por casi todo”, explicó sobre su trabajo en esa compañía. “Me mandaban un guion de Spider Man y devolvía mis notas, y si me pasaban el de Dr. Strange, hacía lo mismo. Lo hacía como un amigo y como alguien que forma parte de un gran equipo. Y en el universo cósmico hay muchas cosas que yo iba creando sobre la marcha”. De hecho, a él se le ocurrió la idea más importante del actual universo Marvel, esto es “las gemas del infinito”, lo que Thanos, el villano de la saga de Los vengadores, persigue incansablemente: “Escribí esa escena en una hora y media; simplemente se me ocurrió lo que eran las ‘gemas del infinito’ mientras lo escribía... ¡y al final todo el Universo Marvel se basó en ellas!”. Esto también le dio un posicionamiento sólido para ser contratado como codirector de DC Entertainment, el mayor rival de Marvel, sello que está bajo la órbita de Disney.
DC Comics está en el portfolio de marcas de Warner, y es una de las principales fábricas de superhéroes del mundo y es responsable de las historias de Batman, Superman, La Mujer Maravilla, entre otros. Ahora queda ver qué títulos va a comandar este director se superhéroes y, sobre todo, con qué tónica lo va a hacer. Si llevará su irreverencia y desfachatez a nuevas historias, es algo que él tendrá que resolver con la hoja en blanco. Hace un par de meses se confirmó que Ben Affleck se había negado a dirigir una nueva saga de Batman, pero no porque James Gunn estaba en DC Comics sino por un tema personal.