PROTAGONISTAS
dinero, poder e infidelidades

Las botineras dicen que tienen las claves para evitar el ‘efecto Wanda’

Mujeres de los futbolistas hablan de la separación de Nara y Maxi López y revelan secretos de sus propias relaciones. Galería de fotos

Final. Luego de cinco años de matrimonio con López, se terminó.
| Cedoc

Alguna vez salió de su propia boca. “Me considero la botinera más inteligente”. Fue en marzo de este año, cuando Wanda Nara aseguraba a PERFIL que su matrimonio con Maxi López iba viento en popa. Por ese entonces, la chica que alguna vez se hizo conocida a fuerza de mostrarse como la virgen más deseada hasta se animaba a hablar de una segunda celebración de su casamiento junto al jugador del Catania.

La vida parecía perfecta: vivía en Catania, ya lejos del frío de Rusia, con sus tres hijos y rodeada de esos lujos de los que –como dice la regla estricta de la buena botinera– ella se animaba a mostrar. Muy cerca de ella, el caso de Zaira, su hermana menor, quien rompió su relación un mes antes de casarse con el jugador Diego Forlán, tan sólo parecía una mala experiencia familiar.

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Sin embargo, a la blonda también le llegó el momento del “no va más” y se separó de López. La semana pasada Wanda regresó a Buenos Aires junto a sus hijos. La relación está terminada y, según pudo saber este diario, ya está todo encaminado para que a fin de este año –a lo sumo a comienzos de 2014– se inicien los trámites de divorcio.

En medio de rumores con terceros en discordia, son varias las mujeres de jugadores de fútbol que se animaron a expresar a PERFIL su teoría acerca del “Wandagate”. “Creo que se cansó de las infidelidades del marido. Nunca imaginé que él iba a hacer estas cosas. Fueron las desprolijidades de él”, apunta Yanina Latorre, esposa de Diego Latorre.

Natalie Weber, mujer de Mauro Zárate, dice que se sorprendió frente a semejante noticia. “No sé si habrá tenido que ver necesariamente con un tema de infidelidad. Muchas veces son cosas que se suman, como los conflictos de los jugadores con su club, las lesiones, los bajones”, dice Weber.

“En mi caso, las cosas siempre fueron muy claras. Yo sabía que los fines de semana estaba concentrado, que a fin de año había propuestas y podía pasar que me tuviera que ir con él. Pero Patricio siempre me dijo que me elegía como su mujer y que lo acompañara. Y está en uno elegir o no”, opina Tamara Alves, mujer de Patricio Toranzo.

La ruptura de Wanda y López instauró un interrogante: aquello de “hasta que la muerte nos separe” ¿es una máxima aplicable con jugadores de fútbol? La historia es siempre la misma: el casamiento, irse a vivir fuera del país, muchas veces bajo climas y culturas hostiles, y tener que volver luego cuando los pases de sus parejas así lo dictaminan.

En este contexto ¿es un cuento de hadas vivir junto a un jugador de fútbol? “Es una vida solitaria porque, con plata o sin plata, cuando llega el 24 de diciembre y tu marido está concentrado, vos querés un abrazo. La Ferrari y la Chanel no te pagan nada, es efímero. Es un orgasmo, dura nada. Después necesitás otras cosas”, apunta Latorre.

Weber coincide. “Vivir junto a un jugador de fútbol no es tan fácil como se ve en las revistas. Cuando Mauro llegó a Roma, ¡fue recibido como un rey! Y una no está todo el tiempo en tacos en la casa con las pestañas postizas puestas. Estamos con nuestros hijos. Y ellas aparecen con 1,80 metros de altura. Una vez una se acercó a mi marido en un restó para pedirle una foto y luego le encajó un beso. Casi la mato”.

Para Tamara Alves, el jugador siempre va a estar muy expuesto. “Se volvió una moda: todas las minas lo buscan. Hoy ya no se sabe si hay amor o interés en la pareja”. Tanto Latorre como Weber y Alves apuestan a que sus matrimonios duren para siempre, o al menos varios años más. “Hay que relajarse. Yo tengo plena confianza, pero bueno, en diez años te cuento”, bromea Weber.

“Diego es el amor de mi vida –dice Yanina–. No te digo que mi marido es perfecto porque yo no puedo poner las manos en el fuego, pero él es bajo perfil. No es Maxi, que se tiñe el pelo y se viste en Versace”. Alves finaliza: “Hay mujeres demasiado celosas y eso enferma; no es mi caso. Soy de confiar en él y no lo controlo. Es lo mejor que puede hacer la mujer de un jugador”.