El sábado, al cierre de esta edición, los invitados recién comenzaban a llegar a La Mansión del Four Seasons. En una celebración para amigos y familiares, Marcela Noble se propuso un múltiple festejo. Por un lado, celebrar 40 años, que casualmente coinciden con el mismo año en que en la historia argentina se cumplen cuatro décadas del golpe militar. Un hecho que, según se mire, también se bifurca con la historia de su familia adoptiva y la suya propia.
Pero festejar su natalicio no fue lo único que ella se propuso: también coincide con los 40 años de Javier Molina, uno de los gerentes comerciales del grupo Clarín, que desde hace unos años es su pareja. Y es este doble festejo el que da origen a un tercero: la oficialización ante todos sus invitados de que ambos ya son marido y mujer. Marcela y Javier se casaron por civil hace poco más de un mes. Y lo hicieron a su estilo, con extrema discreción, sin fiesta ni pompa, y tan sólo hubo un brindis con los más íntimos. Todo quedó para ayer. Igualmente, a los invitados se les aclaró en la invitación que la fiesta sería sencilla, estilo cóctel.
Después de que Marcela Noble tuviera un alto perfil público en la época en que la Justicia trató de verificar su verdadero origen familiar, ella volvió a su vida discreta. Pero algunas apariciones tuvo, como por ejemplo, ubicarse en la mesa que Clarín pagó en la cena de Conciencia y acompañar al directorio a la entrega del premio que Héctor Magnetto recibió en Nueva York.