Podría decirse que la Navidad trajo la paz. Después del escándalo, se reunieron, llegaron a un acuerdo y, con todo más claro, esperan para dar el último paso: firmar el acta de divorcio.
Wanda Nara, por un lado, apostando nuevamente al amor, escapó del calor agobiante de la Ciudad y pasa sus días en bikini junto a Mauro Icardi. Hubo brindis de Nochebuena, un nuevo tatuaje que inmortalizó el retrato de la blonda en el brazo de él, mucho mar, sol y música melódica. Por el otro, Maxi López se reencontró con sus hijos Valentino, Constantino y Benedicto después de casi dos meses, y disfrutó de una Nochebuena en familia.
El lugar elegido por Wanda y Mauro para el escape festivo fue Brasil. Fieles a su estilo poco discreto, desde que comenzaron sus minivacaciones, las comparten con el mundo mostrando en las redes sociales su paso por las playas paradisíacas de Ilha do Mel (Isla de Miel), una reserva natural ubicada en el sur del país carioca. Fotos de ambos abrazados en la playa; de ella arriba de una tabla de surf; de los tres tatuajes que Icardi se hizo para manifestar cuán enamorado está de ella, e incluso un minivideo donde Wanda muestra la terraza del cuarto que ocupan sobre la ladera de una montaña frente al mar. Esa felicidad que ahora ella se esfuerza por exhibir no es bien entendida por los seguidores de los distintos medios que replican esas imágenes quienes dejan comentarios condenatorios por tanta exposición.
“Con una rubia en el avión”, comenzaba el diario de viaje del jugador del Inter de Milán cuando, el martes, volaron desde Ezeiza hasta Río de Janeiro, donde un helicóptero los llevó luego al destino final.
Mientras tanto, López se mantiene firme a su postura antimediática. “Si él tomó una medida para que Wanda dejara de ventilar la intimidad familiar, sería poco coherente que ahora salga a hablar”, explicó a PERFIL una fuente cercana al futbolista, haciendo mención del famoso bozal legal que impide hablar sobre la separación, y que aún está en vigencia y es respetado Nara; ella desde entonces se llamó a silencio sobre los motivos que provocaron la separación de la pareja.
Finalmente, el lunes pasado, en los tribunales de San Isidro, la pareja que este mismo año había renovado sus votos matrimoniales, llegó junto a sus respectivos abogados –Ana Rosenfeld es la de ella; Andrés y Manuel Beccar Varela, los de él– para poner fin al matrimonio de mutuo acuerdo. La misma fuente confirmó que el monto acordado fue 12 mil euros mensuales de manutención, siempre y cuando Wanda fije su residencia en Europa con los hijos de ambos.
Hasta ahora, todo parecería indicar que así será, ya que la ella tiene planes de mudarse a Milán para estar junto a Icardi. “Pero si llegara a decidir reinstalarse definitivamente en Argentina, está especialmente aclarado por escrito que el monto se tiene que revisar, ya que no son los mismos costos de vida allá que acá”, reveló el allegado a López, y explicó que además de esta suma, el delantero del Catania se hará cargo de pagar el sueldo de la empleada doméstica. Hasta ahora, el arreglo parece beneficioso para Wanda Nara, quien en un primer momento hizo circular la versión de un acuerdo más oneroso que el firmado