El rey camina sin corbata y las princesas sin rigidez. Junto a la reina Máxima, todos avanzan hacia la lente de la cámara con una intención amigable y una idea: la de la familia real queriendo acercarse al espectador.
No caben dudas de que las monarquías se han aggiornado con el paso de los años. Sin embargo, la holandesa acaba de difundir unas fotos donde parecen estar aún un paso más cerca de quienes no poseen rango monárquico. Ayer Guillermo de Holanda y su esposa Máxima cumplieron cinco años en el trono. Junto a sus hijas, Amalia (princesa heredera), Alexia y Ariane, posaron para unas fotos a modo de celebración.
Allí están ellos, gozando de una popularidad que se palpa en números. Según la encuesta anual organizada por la televisión pública de ese país, un 85% de los ciudadanos considera que el rey es un hombre “comprometido, cercano, abierto y natural”. “Reinar es un compromiso que debés hacer tuyo”, aseguraba Guillermo en una entrevista televisada a fines de abril de 2013, cuando ascendía al trono con 45 años. Fue el primero de su generación en suceder a la entonces reina Beatriz. “Sé tú mismo, marca tu propia ruta”, le recomendó su madre, quien ahora es princesa.
La sesión de fotos del primer quinquenio fue efectuada en el Palacio Real de Amsterdam. Las fotos son de Erwin Olaf, famoso por su trabajo publicitario para Microsoft y Nokia, entre otras marcas. En los retratos oficiales de Guillermo y Máxima, el rey lleva una banda con el color de la Casa de Orange, y Máxima, un vestido de Jan Taminiau, el modista que la vistió en la entronización. Repite también las joyas de ese día. “Las imágenes que vemos son las que más se ajustan al protocolo, es aquello que rige en la vida en distintos momentos. Hay un protocolo para cada momento, por eso lo que estamos viendo representa parte de la vida diaria. O sea, un rey no es siempre una persona de frac, eso es sólo una parte”, dice a PERFIL Arnaldo Miranda Tumbarello, especialista en derecho nobiliario. En relación con Máxima, agrega: “Es una soberana moderna como parte de una monarquía que evoluciona. Lo de Máxima es valorable, primero porque no nació en la realeza. Es muy importante que haya aprendido y haya sido reeducada para ser reina. Y segundo por su función protocolar bien cumplida”.
